martes, 4 de junio de 2013

Suite esquizofrenica.


1 – Pesadilla.

Juro que no fue solo por gula. Era una entrega un poco más sacra, algo así como una adoración. Pasé toda una noche, primero comiéndome el ojo lo más lento posible, con el mayor cuidado del mundo, luego, durante el resto del tiempo, lo único que hice fue succionar sus líquidos por el hueco que quedaba en el rostro.  Quería robarme su esencia,  robarle la vida ya asesinada, antes que escapara.  La maté y la convertí en una diosa,  la cual inmediatamente me hacia su víctima.  Tendría que rendirle culto a sus restos por esta noche infinita. Lo que pasa, es que yo le hablo desde la eternidad, porque ya he muerto para el tiempo. No crea que eso signifique que mi corazón ha dejado de palpitar o que la parte orgánica de mi cuerpo ha dejado de funcionar. No. Solo estoy en un lugar distinto, donde habito con solamente el cadáver de la diosa. Ya no se descompone, porque esta noche no acaba. ¿Me comprende? Y es aquí aparte de ella solo hay blanco y negro, y unas voces disparatadamente graves que me dicen cosas inentendibles, y un latido. A veces me parece que las paredes blancas son como corazones, y laten, desproporcionadamente, y lento, muy lento, como un monstruo agonizante.  ¿Será una pesadilla? No. Este es el verdadero origen. Antes de nacer viví aquí la eternidad. Ahora vuelvo a este lugar. Quizá he perdido mucho de humano desde que me la comí y su cuerpo habita en mí. Y cuando perdí lo humano, irremediablemente volví aquí, al origen. Mi verdadera infancia es esta, no la otra. El ser humano es ausencia, antes de ser humano era otra cosa, no tenía tiempo  y las paredes blancas palpitantes me hablaban y me desesperaban, me arrancaban la esperanza de ser.  Vuelvo a su seno.
El frenético movimiento de los órganos vitales. Puedo sentir bajo mi piel como ese gran sistema funciona dinámicamente. ¿Para qué? Mi sangre corre ferozmente, sin dudar. Podría yo morir entre latido y latido. No necesito más, solo escuchar el terrible cantar de mi corazón, una sola vez. Entonces encontraría un hogar.  Es lo mismo, la vida y la pesadilla. Un actuar indetenible de latidos, lentos, monstruosos, ininteligibles .  ¿Podría pedir que este tren desesperado cese su camino, encontrar una piedra donde forjar un altar y los latidos me dejen descansar?
Pero el palpitar es constante.
 Y mi infancia vuelve para recordármelo. El niño-fiebre, niño-blancura, la blancura temible de hospital viene a cobrar lo que es suyo.    Mi vida.






2-  Retorno.
He vagado durante siglos en esta atmosfera. Nada cambia, nada fluye, nada es. Mi cuerpo deforme transmuta pensamientos, que inmediatamente se pierden en los horizontes de este infinito. Sin embargo, un difuso llamado de otra existencia habita en mi pecho.

A veces, la incertidumbre me dicta que me concentre en aquella voz, que reconstruya el pasado y lo haga mi presente. “ He de retornar”. Pienso, pero entonces…¿retornar a donde?
Los recuerdos, como la neblina, desaparecen, dejándome sin rastro alguno sobre como volver. Me encuentro entonces en la nada.
Aquí he de quedarme.

3- Delirio.

Aquí, allá. Antes, después. Ahora. Nunca.
Son la misma cosa, soy el ser que lo habita todo. El tiempo se ha olvidado de mi, con él , la realidad.  He de arder, más nunca consumirme, siendo el espíritu de lo vegetal, la chispa del fuego inextinguible.

La diosa de cristal abre sus manos, permitiéndome morar en su seno, devorar sus entrañas, cual neonato enfurecido por la lujuria de vivir.  Mis sentidos no me engañan, han tomado el universo en su totalidad.
El futuro, pasado y presente son mis voces.
Yo soy el que existe antes del inicio y perdura después del fin.






4- Voces.
-          Hablo para mí y todos ellos que me habitan. Aquellos que conocen la verdad tras el espejo.
-          Que florezca un jardín, para nacer de nuevo.  Yo que soy todo lo que ves, he de entergarte a la ceguera profunda.
-          Porque nosotros, ellos, habitamos en tu piel y esperamos. Esperamos el día, el momento, la anhelada consagración al fuego.
-          Aquí estamos.
-          Aquí somos.
-          Aquí tendrás que afrontar la prueba final.
-          Nuestro encuentro.
5- Ceguera.
-          1-¿Tendrá esta pesadilla fin?
-          2- ¿Tendrá la vida fin?
-           1- Tendrá, pero dios no cesará de engendrar nuevas criaturas, con los mismos miedos de antaño.
-          2- Yo, que soy los que te habitan.
-          1- Yo, que soy las voces que escuchas.
-          2- He de entregarte al silencio.
-          1- He de ofrecerte la ceguera profunda.
-          2 -Hemos de crear un nuevo ser, uno perfecto, que comprenda  la vida en su totalidad, para descender sin dudas a su muerte.
-          1  -El ocaso y el despertar.
-          2- La sagrada purificación del fuego.
-          1- Este es el fin.