Destruir todas las murallas, será, definitivamente un bello espectaculo, en el cual romperemos en crisis y carcajadas, como un grotesco títere de marmol, para saborear el fin, como demiurgo, como víctima y victimario, rompiendo los sesos inutil, pero placenteramente.
Y luego, vivir más allá de toda existencia, tiempo y lugar, eterno, inmóvil, inmaterial, como la musica de la que estan hechos todos los silencios.
viernes, 25 de noviembre de 2011
viernes, 11 de noviembre de 2011
Imaginarios.
1- Tal vez el viento ha cambiado su rumbo, ya que nuestras cometas no vuelan más. Antes, simples y coloridas , se elevaban muchísimo y nosotros sentados soñabamos que podíamos alcanzar el sol si las alzabamos un poco más.Nunca creí que el viento dejaría de soplar así como así, como cuando uno despierta de la más dulce fantasía. El viento no soplo más, nunca entendí realmente lo que había pasado.
2- El día era una violenta trasngresión de luces que atravesaban mis ojos ; pasaban lentamente sin yo poder siquiera tocarlos, , transtornandome, aguijoneando mi sistema nervioso a base de imaginarios. hacia mucho tiempo ya que no movía un solo centímetro de mi cuerpo; a mi parecer serían años, pero sé que el que espera siempre delira sobre el tiempo así que supongo que solo han pasado unas cuantas noches.
3- De repente sufrió un ataque de nervios, su mirada triste se convirtió en frenética destrozando su vestido blanco.
4- Envidio brutalmente aquellos que padecen de sed, gula y lujuria eternas.
5- Una paloma se perdío entre el asfalto mientrás caía tremenda tormenta, sus alas blancas se mojaron tanto que le ímpedian volar debido al peso del agua; su mirada, triste, se confundía misteriosamente con el gris de las calles.
6- Resultó dificil ver en la oscuridad de aquel momento, yo sabía que no duraríamos mucho tiempo en el mismo estado. Pronto volvería el sol del día y con este, la guerra.
2- El día era una violenta trasngresión de luces que atravesaban mis ojos ; pasaban lentamente sin yo poder siquiera tocarlos, , transtornandome, aguijoneando mi sistema nervioso a base de imaginarios. hacia mucho tiempo ya que no movía un solo centímetro de mi cuerpo; a mi parecer serían años, pero sé que el que espera siempre delira sobre el tiempo así que supongo que solo han pasado unas cuantas noches.
3- De repente sufrió un ataque de nervios, su mirada triste se convirtió en frenética destrozando su vestido blanco.
4- Envidio brutalmente aquellos que padecen de sed, gula y lujuria eternas.
5- Una paloma se perdío entre el asfalto mientrás caía tremenda tormenta, sus alas blancas se mojaron tanto que le ímpedian volar debido al peso del agua; su mirada, triste, se confundía misteriosamente con el gris de las calles.
6- Resultó dificil ver en la oscuridad de aquel momento, yo sabía que no duraríamos mucho tiempo en el mismo estado. Pronto volvería el sol del día y con este, la guerra.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Sombras.
Personajes: Voz
narradora. Arturo.
Primera escena: Remembranzas.
Voz Narradora : El bullicio salvaje en las calles de una
Manizales maldita. Un hombre, en la esquina en la cual se separa la 21 con la
22, bajando antes del semáforo, se fuma un cigarrillo mientras ve los pocos
carros que pasan por allí a las 3 de la mañana. Al parecer esta solo, pero
entre las sombras de la noche no se sabe distinguir bien si esta acompañado o
simplemente habla consigo mismo.
Arturo: “No mentiré. He sido mil veces el mismo.
¿ Como es eso posible? Un fuerte dolor de cabeza arremete mi realidad, y no, no
señores, no es que los días existan, son realidades distintas fraccionadas de
momentos a otros que se dividen; Así no somos una sola historia dividida por el
tiempo, sino miles de historias mezcladas a la fuerza en una sola identidad.
Diran ustedes entonces ¿como se puede ser el mismo cuando a cada momento se cambia
de realidad, de estado psicológico, de momento existencial? La respuesta es muy
simple; no se puede.”
Voz Narradora: El personaje camina de un lado a otro con
las manos en los bolsillos, la mirada sombría y cierto olor desagradable de
calle del cual aun sea horrendo, uno no se puede despegar. Parece que a pesar
del frío que colma las calles, el está a gusto, en el lugar al que pertenece y
donde todo ocurre como lo cree.
Arturo: “ Conozco estas calles desde hace años. Llegamos
a vivir al Centro cuando yo tenía 3 años, un montón de hombres armados entraron
a mi humilde hogar, sucios y
harapientos; y como mil leones desnudos, se abalanzaron a destrozar todo lo que
encontraron. (Entran por un lado del escenario, vagabundos y militares que se
cubren la cara con pasamontañas. Marchan a destiempo, riéndose estrepitosamente.
En el piso, un bulto cubierto por una sábana. Algo tiembla bajo la sábana.)
Aunque yo era tan pequeño, los recuerdos están marcados como quemadura que no
deja de arder, mi madre y yo nos escondimos bajo una cama; mientras mi hermana,
que era mucho mayor que yo, se quedo en la cocina para despistarlos. (Los
hombres con pasamontañas se acercan a la sábana como animales, gruñen
instintivamente, como bestias decerebradas. De la sábana se escucha una
respiración agitada, bañada en temor. Arturo mira desconcertado la escena, como
cualquier ser humano que se desgarrá ante las imágenes de un pasado cruel. Los hombres jalan la sábana brutalmente hasta
rasgarla, y adentro de ella, se encuentra una mujer desorientada por el miedo,
que mirando hacia todos los lados, solo logra expulsar un grito entrecortado. )
Podíamos escuchar los gritos de dolor de mi hermana mientras la golpeaban, la
violaban y finalmente, la descuartizaban. Era terrible escuchar como su carne
sufría a manos de un cuchillo mal afilado, hasta dejarla hecha pedazos. ( Los
hombres, agarran a la mujer y haciendo un círculo alrededor de ella, cada uno
accede violentamente a su cuerpo. Manteles rojos caen encima del círculo fatal.
La confusión se dispersa, y cada hombre se dispone a huir, pero al dar varios
pasos lejos del cadáver, completamente cubierto de nuevo, se desmayan
lentamente hasta la muerte. Nadie sale vivo, mientras Arturo mira la escena
aparentemente tranquilo, pero con la desesperación en las venas.) Cuando
dejamos de escuchar ruido, salimos a ver que pasaba. Mi madre atravesaba por
una crisis de nervios y yo lloraba, pero aun así, logramos salir a averiguar de
nuestra suerte. Algo inexplicable había sucedido, todos esos hombres estaban
muertos. Nunca se supo como, pero mi hermana los había envenenado. Todos
estaban verdes, con una expresión de agonía merecida. Esa misma noche salimos
del barrio para no volver jamás. Mi madre logró alquilar una habitación barata
cerca a la Galería, donde pasamos días enteros sin dormir, y escasamente
comiendo lo que mi madre conseguía en las mañanas pidiendo limosnas.
viernes, 4 de noviembre de 2011
Melodía salvaje.
El sudor y la sangre no logran calmar tu hambre insaciable. Torres de Marfil atravesadas en mi garganta
se excitan, disparando palabras sin consciencia, como una máquina entintada de
azul y verde. El hombre salvaje golpea a un mendigo hasta hacerlo sangrar,
mientras se ríe maniáticamente. Colgué un
imposible en la cintura de la Luna, cuando todo lo que me rodeaban eran
posibles.
Estos momentos tan anfibios en los que el tiempo se ha detenido, apresándonos
en su cárcel fogosa. Todo es una ilusión óptica. Si no lograra verlo, no
existiría. Mis demás sentidos han dejado la realidad funcional, y ahora sirven
superficialmente, condenándome a oír sin escuchar, a hablar sin dialogar, a
vivir sin realmente estar presente. Ahora bien, está decidido. Todo es una
ilusión grotesca, hasta los más puros sentimientos y delirios, son ilusiones
grotescas. Incluso yo mismo.
Debo buscar el camino al centro, en el que se encuentra mi corazón rodeado
de la nada y la eternidad. Allí nace y se desprende la materia de sus venas,
que laten sin ningún sentido pero con todas sus fuerzas. Quitarme este horrible
disfraz de ser pensante, desenvolviéndome en colores, formas y sonidos,
rompiendo lo físico para adentrarme en aquella querella risueña en remolinos.
Sueños y flores rompiéndose como tormentas en mi vientre, en el origen del
mundo, en el vértice del universo. Hoy mi corazón vomita negación y exige
purificación…y alegremente lo encarno... Tengo sal en mis dientes, tengo una
maldición arraigada en mi cuello. ¿Es una
promesa? No importa si se cumple o no. Que se caigan las estrellas y nos
bañen en su luz maternal. Mientras sea
una promesa, que importa. Prometeme mil campos ensangrentados púbicamente.
El filo del puñal es una delicia secreta. Devorando los huesos de los ángeles
caídos, a merced de mi palabra. Maldita sea. Encenderé mi rostro en la hoguera.
Pondré las manos en el fuego. Pondré las
manos en el fuego. Pondré las manos en el fuego.
Incineraré todo rastro de lo que soy, para que quede impreso para siempre
en el viento.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)