viernes, 14 de diciembre de 2012

14 de diciembre.

3 años han pasado.
mi sombra recorre la silueta traidora de mi cuerpo,
mi canción muda vagabundea por la luz de la avenida,
mi voz se quiebra ante algún recuerdo.

3 años han pasado.
Hoy, a esta hora.
En aquél lugar donde explotarían mil hogares,
donde el fuego sería sacro ritual de entierro.

Unos ojos profundos,
un beso que me llevó al oscuro Hades.
Un camino recorrido juntos,
cuatro pies, cuatro manos.
Un solo espíritu.

En el mar una persona murió ahogada en una tormenta,
eso fue,  si la memoria no falla, hace dos años.
Otra persona murió en un accidente aéreo.
Otra murió apuñalada,
otra se perdió en muchos de sus innumerables viajes.
Otra se murió dormida.  Otra se murió de frío.
Otra se murió de artritis, de dolor, de depresión.
Otra se murió de orgullo, de terquedad, de sus propias mentiras.
Otros dos, se murieron de amor.

Y henos aquí, tan lejos como podemos estar uno del otro...
tan muertos como hace 3 años.




12 de diciembre.

Una brisa que en el momento exacto,
cuenta a las pieles sus mitos dulces,
la suave lluvia que calma la angustia
y el desespero de estar vivos.

Aunque sea por un solo instante,
una música que viene de los labios de Persefone,
los ojos abiertos al caudal del infinito,
un beso cósmico, un misterio sin paisaje.

Feliz cumpleaños.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Voto...

¡He por fin encontrado el camino!
Este es un voto que no puedo olvidar.
Seré, al menos, quien lleve el mensaje
de los que  han sacrificado su piel en mi tierra.

Sus seis cuerdas de plata serán mi guía.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Aroma del dios.

Puedo sentir su aroma desde grandes distancias.  Ni siquiera el tiempo puede perturbar mi olfato. Puedo percibir su olor por los sitios que pasó años, por los lugares en los que se aventurara en las próximas décadas.  Aquella sensación de búsqueda me agarra brutalmente, hay una sombra esperándome en el horizonte, en la incertidumbre del día.  Huele a carne quemada.

Tengo sueños con su nombre, la guarida del desconsuelo. La terrible caída desde la luz del conocimiento, el dolor de la serpiente en su vientre. Su voz muda llega a mi cabeza. ¿Es todo tan terrible, tan gigantesco, tan abismal? Una estrella que muere produce la vida de las demás, agujeros negros, grandes vacíos de la memoria. Creo que están equivocados, los seres humanos no son débiles, ni absurdos , ni pequeños. Los seres humanos son , en fin, la representación del incontenible maquinar planetario. Todas las luces perfilan al silencio.  ¿Tiene fin este caos sistemático?

¡Te desafío historia y destino, espíritu de todo lo que es, porque es tu designio. Deseas que mi alma se subleve hacia la furia incontenible, la energía que da movimiento al universo. Seré uno de tus crueles ángeles. Despertaré de mi letargo.

Puedo sentirte en mi boca, en mi pecho. Sé que mis palabras están construidas por tus mandatos inexpugnables. Sé que mis pasos  los dirigen el dogma que no predicas. Que cierren su estúpido ojo las Fórcidas, pues el día de la ceguera ha llegado. He clamado por la luz, clamado por la paz, clamado por la tranquilidad. Por eso estoy muerto.

Son proyecciones, somos luces a siglos de distancia. El espacio es esclavo del tiempo. Y yo he impalado al tiempo bajo mis ritos, todo para ti. Ser que todo lo es y nada lo dice.

Mi alma no te pertenece, mi energía vital te rechaza. Esto es lo que callas, amorfo flujo de energía.
El camino al que todos estamos condenados es este...la eternidad.

Explotaré y te brindaré nuevos caminos para tu destrucción filial, tu génesis desesperado, tu destierro sin fin. ¡Tu condena es crear y la nuestra ser creados!

Aquí estoy, buscando. Nunca podré perder el rastro de tu aroma.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Balada de lo que no sangra.

Derretiremos el sol en nuestras entrañas,
aquí hay dioses en su ritual,
con aromas y cantos de las tierras lejanas.

Bebo de tu espuma como un manjar,
soy el diablo que no tiene nombre,
 pretendiendo asustarme ante la puerta,
para compartir la bebida en su banquete como un anónimo.

Serás quien brilla con su luz antigua,
cual esfinge de alas inventadas,
cual ser milenario,
escrito por leyendas arcanas.

Me darás una muerte
entre las sombras de tu pelo,
posarás tus huesos ardientes
en el cenit de mi memoria.

Mi pecho brota, manantial,
no es necesario que sea evidente,
el rito esta hecho.
La consumación ha empezado.

Yo , soy un ser que se ha expandido
hasta los límites de un universo.

Tu universo,
mil universos.

Balada de lo que no sangra.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Fantasma.


Ausente entre los miles rostros, las historias, tantas, olvidadas bajo el peso de los días en la ciudad. Allí está tu recuerdo, no es filoso ni hiere, un fantasma de musgo que sigue a donde poso los ojos. Me alegra saber que tus pasos recorrieron el camino que los míos recorren, que el tiempo realmente no acaba con la conexión de los lugares, un espíritu que atraviesa un parque lo habitara para siempre, y ese parque será entonces la reunión de infinitas porciones de almas vagantes. Soy parte de esta ciudad, parte de mi, parte de todos. Me alegra saber que tu fantasma hace parte del mío.

Hoy me veo como una sucesión de energías sin tiempo. Hoy soy todas las personas con las que he cruzado, soy todos los besos que he dado, las palabras que he proferido, el silencio cruel de cada amanecer. Hoy veo tu fantasma en mi propio rostro. Astral encadenamiento del éter.

Desansagraré mi nombre en silabas antiguas. Hoy extraño como un infinito mi pasado, que tiene rostro de augurio clandestino. Este viajar planetario entre las voces de la naturaleza.

Hoy te vi detrás de unas cobijas destendidas, una cerveza en un parque, una ilusión que rompe los límites del cuando y el ahora. Hoy descubrí que estoy enamorado de un extraño fantasma, una mezcla de todas las felicidades pasadas. Una dulce sombra que se posa sobre mis alas.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Cruel éxtasis atemporal
Conjuro mil genios y espiritus,
como un diablo incandescente
en las pisadas de la memoria.

Seré un desgarramiento fatal
un nacimiento desvirginado,
un incognito verbal
en campos de metal.

Adiós al silencio
y adiós para siempre
a todo lo que brilla
y se desvanece.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Oración.


3: 56 a.m.
Raras veces una luna llena sobrevive hasta la madrugada. Hoy  es un día cualquiera. Tardé bastante en levantarme, hay algo en mí que pesa y está encadenado. Por otro lado un brillo de lucidez se posa sobre mí y no quiere dejarme en paz. La verdad es que detesto dormir que hago lo posible por acostarme tarde y levantarme temprano, pero siempre resulto haciendo lo opuesto. Hoy desperté en la madrugada pero solo una mitad de mi está viva.
Los seres humanos somos una carrera en contra de la putrefacción. Eso pienso mientras me cepillo los dientes. ¡Es idiota! ¿Por qué cepillarse los dientes? Inventamos mil y una cosas artificiales para estar limpios. Más “limpio” no es nuestro estado natural, es solo una fachada debajo de la veloz acción de la descomposición. Desde que nacemos y tocamos el aire, nuestra carne se precipita precozmente a desintegrarse.  Es de imaginarse, cada vez que nos enfrentamos a un espejo, la imagen de nuestro cuerpo roído por los gusanos en la tumba. Eso es lo que somos, en términos básicos, es nuestro verdadero rostro.
Recé una pequeña oración a los dioses callejeros. En este sitio es el Blocksberg donde sea, en todas las esquinas se celebra la noche de Walpurguis. Pienso en cuantas personas mueren desangradas por un puñal, cuantos tienen un orgasmo, cuantos duermen, cuantos lloran, cuantos sufren de insomnio, cuantos tocan un instrumento musical en este preciso instante. De seguro, los más malditos serán los últimos.  El sol, por ventura, no saldrá en unas horas.
Un tumulto de voces habita mi cabeza, las voces de los antiguos. Sé que quieren, quieren sacrificio. No soy yo, ya me libré de toda cadena de culpa. Hay seres en mí que impulsan mi actuar. Hay seres que me piden carne humana. Yo solo soy un sacerdote de su culto, el que le celebra sus ritos de cobre.
Allí esta, en silencio. Todos tenemos una forma de escape. Sus seis rayos de plata esperan pacientes. Duele a veces verla, siempre reposando en su acústica sagrada. En el silencio más puro, los misterios ocultos de la tierra. Su madera me llama.
Todo lo cubre la bruma. La mañana esta blanca. Suena el celular. Una voz desesperada me repite que me ama. Una amiga de infancia me habla desesperada al otro lado del teléfono. Nunca me había manifestado prueba de amor y ahora dice que soy lo único que tiene en la vida. Salgo hacia su casa.
La casa está a oscuras, la puerta está abierta. Cuando entro a la sala, me encuentro al cuerpo de su madre abierto de par en par. Hay sangre por todos lados. Seguí rápidamente hacia las habitaciones, su padre, degollado, estaba tendido sobre las escaleras que daban al segundo piso. Escuché gemidos, tal vez no era muy tarde para salvar al hermano pequeño. La llamé furioso, pero mi voz se perdió entre la noche. Cuando llegué ella comía del vientre del niño. Estaba tendida como un animal sobre su presa. Mi espíritu no lo soportó,  llevaba tanto tiempo controlándome. Me abalancé con furia sobre ella, la lancé contra una pared, mordiéndola en el pecho. Ella se batía, intentando luchar hasta lograr rechazarme. Volví sobre ella, le disloqué un brazo y  la inmovilicé sobre el suelo. El puñal ensangrentado yacía al lado del cuerpo del niño. Lo tomé y lo puse sobre su cuello.
“Libérame de este fluir voraz del tiempo. Soy una muñeca, un títere de los espíritus que rondan. Dame ardor y vuelo. Dame el tierno toque del amanecer, el día nuevo en el Valhalla.”   
Pude matarla, pude matarla y olvidarlo todo, continuar sin comer carne.  Pero no, estaba cansado de regularme, de vivir encerrándome a mí mismo en una jaula. Al final, todo es putrefacción disimulada.  
La recosté sobre el piso y tomé el cuerpo del niño. Con el cuchillo le abrí la nuca, y  llevándolo hasta ella le ofrecí parte de su espalda. Empezamos a engullir desde el cuello hasta quedar solo huesos y restos indigeribles.  El silencio se tejía alrededor de nosotros como el hilo de la Moira.
Me procuró en palabras leves amor eterno. Yo no quería escuchar su voz. Me desagradaba inmensamente que alguien hablara mientras el rito de consumación.
“Baño en sangre la tierra de la Madre. Malelí y Palelí están aquí presentes en las manos del celebrante. El alma terrible de la pantera guíe mis pasos hacia un mañana delirante. Todo lo que fue carne sea sagrado, todo a lo que nuestras palabras se eleven se acerque al universo inmenso. Yo te ofrezco, espíritu, mi furia.”
La antigua oración de Antígona.
Continuamos todo el día consumiendo la carne de sus padres. Amaneció, atardeció y anocheció. Al final estábamos tan exhaustos, que dormimos tres días enteros. Cuando desperté, se había suicidado. La devoré también.
Nunca, lo juro. Nunca volveré a cepillarme los dientes.

martes, 20 de noviembre de 2012

Hija de Nix.

Su cantar se escucha en las nubes electricas,
se siente su espíritu impulsado por el Bóreas.
El himno de monstruos innombrables,
la carencia, la ausencia, la alejandra.

¡Que se retuerza en su tumba por mi culpa!
Poco me importa que mi poesía además de mala sea barata
¡Que se retuerza en su tumba por mis palabras!

Su voz de trueno imparte juicios similares
a los antiguos sacerdotes medievales
sacerdotiza del caos, hija de Nix.
Sé que el viento nunca olvidará tu nombre.

Sé que soy culpable.
Y espero mi condena pronto,
ojala lo más pronto que puedas.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Noviembre.

Usted,  usted se acordó de mi cumpleaños, cuando ya mi carne había perdido la cuenta de sus vueltas al sol. Usted me dijo feliz cumpleaños, no el día especifico, eso no es lo que importa. Usted me felicitó un día de lluvia, alguien dijo que cuando llovía yo cumplía años. Hoy es noviembre. Cada que llueve es noviembre y cumplo años.  Eso dicen los hombres comunes, que en el jardín de los benditos no se cumple años.

No se cumple ni años,
solo se rompe,
como un ritual,
los huesos, los épocas, la vejez.

Tal vez siempre que llueve es noviembre, se cumple años y se está triste.

Misterio.


Incógnitas afiladas como el sable
se esconden en una sombra.
La misma sombra de tantos que rondan
la ciudad  de cimas intocables.

Será un rumor entre la multitud,
un leve susurro de una boca cualquiera,
a un oído cualquiera.
Una plegaria de un alma,
de todas las almas,
a una cruel divinidad indiferente.

Palabras arrebatadas del vientre de los días,
actos inexplicables, voces sin origen,
Tal vez será una mirada prófuga
de los que carecen de nombre.

Tal vez una isla desconocida
el dolor agudo de estar vivo,
en los litorales de la memoria.

Un armónico que no está escrito en la partitura,
un deseo implícito en los versos del silencio,
falso dios de las proporciones se ríe,
y nos hace bien. Nos hace bien...

Un misterio,
un re suelto al aire.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Adagio a Kinrazip.

Dama impune del espejo,
monstruosa Alicia,
monstruosa Alejandra.

Tus palabras son, por ventura,
un silencio sin compás de medida.


Tus poemas, cadencia salvaje,
están escondidos tras el papel inánime.
solo revelan su verdadera tonalidad,
cuando la partitura en llamas arden.

Este es tu sino,
solo lo que puede morir,
y lucha su existencia con la Moira,
puede cantar libremente.

Una explosión eterna antes de cualquier final,
un momento que desencadena otros,
una serie de armónicos que infinitamente desprende,
octavas, quintas, terceras, cuartas,sextas, segundas y séptimas (múltiples posibilidades del espacio)
en un solo segundo.

Mi idolatrada dama, condesa de sangre,
entre las letras masacradas,
desangrantes de tinta
profanadas por tu celestial histeria.

Solo el silencio entiende tu soledad,
música imposible que los mortales escuchemos,
solo tú, princesa grotesca, festín de animales nocturnos,
solo tú conoces la voz del que no grita.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Criminal impune.


Abrió las puertas a un laberinto sin sombras. ¿Cómo guiarse en la blancura total? Un sutil sentimiento de angustia le caló lo huesos. Perderse, entre la historia hipócrita de un color blanco. Que miseria, que ardiente miseria.  Hay tanto de tibio en sus manos, hay tanto de fatal en su caminar. Es un laberinto del que nunca se sale, se vive con él, en las ensenadas de la memoria, en la encrucijada de un olvido.  Podrán comerse sus despojos los animales sin nombre.
Podrán huir como tuertos asustados los poemas, podrán suicidarse en la loma del viento. Dar un paso, continuar, siempre continuar. Es una máquina, un designio infernal. Solo importa continuar. No vale nada en absoluto lo demás, la historia que se anula, los seres que se viven, las angustias en forma de víctimas. Su lujuria astral lo condena a breves pausas de tristeza. A cortos intervalos de euforia. Hay un nombre para todo esto,  hay una clave, hay una puerta secreta. Y de repente, todo desaparece. Las llaves no casan con las puertas, las puertas no abren,  no hay nada tras ellas.
Enfurecido sobre el discurso, criminal impune.
“Mañana arrancaré de mi mismo un pedazo de silencio. Lo veneraré como deidad, le haré libaciones con vino. Le rogaré al este silencio que me extermine, una vez por todas. Criminal impune.”
El tiempo sufre su falta de consideración. El tiempo huye despavorido. Una estrella ha amenazado con morir y obliterar todas las cosas en un gran agujero negro.  Él ruega a la estrella.
Las palabras son la muerte. Si se vive y se escribe, se puede morir mil veces de anticipado. 

Color.

" A veces, la pureza de un color me transgrede. ¿No soy yo, aquél, invisible o visible, el que ve? Tal vez una confusión, el color soy yo y el que ve un desconocido. O el color un desconocido y el que ve es quien no soy, quien no seré. Azul océano."

En una de las columnas de hierro de un puente oxidado, encontré estas palabras talladas, tal vez, con navaja. Y eran justas, el día lluvioso y la desolada construcción hacían el escenario perfecto para un suicidio. El tiempo húmedo cala los huesos, los recuerdos parecen ser llamados por lugares nostálgicos como este. La inmolación de Ayax tras ensuciar su espada. ¡Que saudade! Que saudade... Tal vez mis pensamientos desordenados obedezcan a un hilo.

Estoy seguro que no es una Moira ni un dios Destino, esas cosas no existen. Hay un ser que mora y festeja a costa de mis entrañas. El que es sincero tras el espejo. Tendrá miles nombres, tendrá poemas en su nombre. 

¿Uno? Hay Un ser.
¡Pablo!
¡Pablo!

Las piezas y el tablero estan en posición. No hay un ser que mora en mi interior.
Vano concepto de personalidad, vana historia relatada por palabras sin sentido.

¡Pobre Ayax!
¡Pobre modernidad!

Estaré atento. Este puente puede colapsar.
Estaré atento. Las voces que navegan en el ponto sanguíneo.
Estaré atento. La muerte vendrá a  burlarse de mí.

Hay un color desconocido que me ve desde una frase tallada con navaja.


jueves, 25 de octubre de 2012

Juramento.



Tienes que jurar que me matarás.
Cada día, cada sistema lujurioso.
Tienes que jurar que no me dejarás en paz,
que vendrás a arrebatarme la tranquilidad.

A inyectarme tu lujuria suicida,
a robarme la razón,
a destruirme en mil acordes
con tu poesía de infante del bosque.

Júralo.
Y yo juro mantenerte viva
en los pasajes de este infierno,
tu infierno musical.

¡Poco a poco, hasta el abismo!

¡Por fin te he encontrado!
Prófuga.
Sombra entre libros,
sombra entre héroes y tumbas.

He sido sordo y ciego,
pero poco a poco te entiendo.
Eras tal como lo imaginaba,
monstruosa, delirante, tirana.

Tu espíritu vagabundo y furioso,
se esconde entre paralelas amorfas,
entre palabras irreverentes,
sobre un alimento musical.

Mi deseo, este deseo.
La única razón por la que vivo,
es para hacerlo de esta manera,
hasta que mis huesos no lo soporten,
y mis manos se quiebren
a compás de semicorcheas caprichosas.

¡Poco a poco, hasta el abismo!

Las cuatrocientas espadas del brandy (Cuento inédito de Chaparro Madiedo).


Las cuatrocientas espadas del brandy

Por: Rafael Chaparro Madiedo (Otro cuento inédito)

Me mataste. Eso es lo único que sé. También sé que estoy en el cielo. Por fortuna. Llevaba diez minutos de muerta y me pediste un cigarrillo. Yo busqué en mi cartera y te ofrecí uno de mis mentolados. Lo encendiste y te fuiste al balcón y lo fumaste en silencio mientras los fogonazos silenciosos del cigarro te iluminaban los ángulos del rostro. Afuera llovía. Era una lluvia mezclada con los pasos de los gatos que se deslizaban por los techos buscando un poco de calor. Me mataste en una noche de lluvia. Eso había sido demasiado para ti. Nunca has soportado la lluvia, ni los Stones más allá de las once de la noche. Después de las seis no puedes soportar las películas inglesas, ni los cafés cargados. Eres extraño Spada. Muy extraño. Ese día que me mataste me llamaste desde algún teléfono del parque Giordano Bruno y me dijiste hey baby vamos a ver Naked de Mike Leigh y yo te dije, pobre idiota ilusa, claro baby nos vemos a las seis en la estación de metro Radio City.
Esa tarde vagué sin sentido por la ciudad. Me metí al metro, cubrí varias rutas, fui al barrio árabe a la calle Dranaz por un hash. Luego me fumé el hash en el parquecito mientras miraba el tren elevado. Alguien desde el tren me hizo una seña con la mano y yo le mandé un beso que se diluyó en el aire caliente de la tarde. Fue un maldito beso que explotó en el núcleo del aire, puff!, y desapareció para siempre. Finalmente cogí la ruta del Radio City para cumplirte la cita y cuando entré al metro parecía que la gente se moría poco a poco en las nubes alucinógenas de las cinco de la tarde, esas nubes negras que olían a heroína con orines.
Más tarde nos encontramos en Lourdres. Estabas en el parque. Las palomas grises hacían maniobras confusas en el aire precario de la tarde y el olor de la lluvia me entró a los pulmones y me intoxicó. Caminamos por la trece y el conjunto de las luces, el conjunto de los rostros y de los olores nos marearon lentamente. Las campanas de Lourdes empezaron a sonar en el tejido del aire. En el aire había latidos. Grandes latidos. Latidos. Latidos de un corazón invisible, herido y borracho que bombea tinieblas sobre la lluvia, sobre la noche.
Antes de entrar a cine tomamos un café donde los árabes. Sensación conocida: café cargado, negro, espeso, un cigarrillo. Una conversación banal. Un golpe en el estómago. Mierda. Adrenalina pura. Subordinación. Escalofrío. Un tabaco. Un Marlboro. Otro café. Un beso. Un silencio. Un golpe en la cabeza. Salimos del café, mareados, aturdidos, y el ruido de la ciudad nos abaleó el pecho y las miradas. Me dieron ganas de que te largaras para la mierda, pero dada la casualidad de que íbamos a ver Naked de Mike Leigh y entonces sentí en el corazón cuatrocientos golpes, cuatrocientos golpes de brandy, cuatrocientos golpes de lluvia, cuatrocientos golpes de heroína, cuatrocientos golpes de sangre, de carne, de pólvora, de humo azul, cuatrocientos golpes de tristeza, cuatrocientos golpes de cuatrocientas aves muertas revoloteando en mi pecho.
En el cine, la fauna de siempre. Un par de mamertos. Una pareja de viejos embutidos en sus viejos gabanes, el borracho que siempre encontrábamos en los cines alternativos con su botella de coñac y las chicas universitarias con cara de que no se las habían comido en meses por estar viendo películas para solitarios todas las noches. Salí enamorada de Johnny, el clochard de la película. Yo te dije después que nunca había visto un man que se fumara tanto como ese. Era un man vestido de negro siempre envuelto en una nube de humo, un man como tú y yo, un triste man siempre flotando en las nubes confusas de los días como aviones absurdos, perdidos, a la deriva, un man como tú y yo navegaba en el cielo maligno de los días, esos días llenos de pequeñas lluvias donde se te llenaba la boquita de heroína y saliva negra. Un man bacano, ese Johnny.
Entonces llegamos a tu apartamento. Me metiste tres balazos en el corazón. Once de la noche. Me mataste. Después fumamos, tomamos un café, dos cuerpos extraños sumidos en la conocida confusión del amor después del cine, dos cuerpos desnudos atravesados por cuatrocientas espadas brillantes antes del café, dos cuerpos extraños sumidos en la conocida confusión del amor después del cine, dos cuerpos desnudos llenos de humo, dos cuerpos desnudos atropellados por la alucinación, dos cuerpos desnudos con la sangre llena de perros atroces, dos cuerpos desnudos naufragando en alguna ola de la marea de la noche, dos cuerpos oscuros fulgurando antes de apagarse para siempre el reflejo caliente de la lluvia.
A la media noche salimos y nos dirigimos a la estación del metro y allí me dejaste. Baby. Creíste que nunca más me ibas a volver a ver. Pura mierda. Me subiste al vagón y diste media vuelta. Yo me fui bien muerta. Lo último que me acuerdo eres tú fumando y yo sentada en el vagón mientras éste se deslizaba hacia la oscuridad del túnel.
Es verdad. Me mataste. Y estoy en el cielo, tal como tú querías. En el cielo. Tal como querían mis padres y tú. Muerta, en el cielo.
Ahora he vuelto. Estoy en el balcón. Tú acabas de regresar del cine. Me ves. Te detienes. Te acercas. Me observas en silencio. Fumas un cigarrillo. No has cambiado mucho baby. Abres la ventana. Afuera llueve. Me acaricias la cabeza con suavidad. Me dejo tomar en tus manos y me pones frente a ti. Entonces te clavo el pico en un ojo y la sangre brota lentamente. Mierda. Te saco el otro ojo.
Afuera llueve y las luces de la ciudad son peces suicidas que se destrozan en las aguas sucias y turbulentas de la tiniebla. Estás tirado en la mitad del salón y el viento frío de la noche te cubre. Llevas diez minutos muerto. Yo llevo diez minutos convertida en paloma.

Redescubierto por Luz Giraldo, la Luz de Cali.

Tomado de el blog "Ambulancia con Whisky".

Chica de la lluvia.

Chica de la lluvia,
te escribo
para declararte un imaginario.

Tal vez no nos veamos nunca más,
tu sombra y mi sombra
no recorrerán otra vez
el asfalto mojado.

Te escribo por el amor que no hicimos
entre nuestros pasos empapados
por el beso que no te di
en aquél mirador nocturno.

Te escribo por la lejanía que me obsequias
por el misterio con el que me bautizas,
por el lirio florecido en el jardín de los adioses.

Te escribo por el sueño y el camino,
trazados por tu mirar imposible.

Tal vez no nos veamos otra vez...
                                    Eso es lo que espero.

lunes, 22 de octubre de 2012

El que a hierro mata, a hierro muere.


Un buen guerrero nunca limpia la sangre de su espada,
deja que las sombras tiñan su armadura.
No las sufre siquiera, es tan solo indiferente.


El que a hierro mata, a hierro muere.

Devora vidas sin pensar,
solo adorna con cualquier verso inútil
la brutalidad de su actuar.

El que a hierro mata, a hierro muere.

Así, bien, he hecho contigo.
No te he borrado de mi memoria,
pero los despojos de tu carne
 poco me atormentan.

Me he bañado en la sal de tus lágrimas,
Me he encantado en el elixir de tus prodigios.
He visto el sol que ningún hombre ha visto.
pero ves, a mis pasos solo le importan continuar
y olvidar todo lo que se les atraviese en el camino.


El que a hierro mata, a hierro muere.

jueves, 18 de octubre de 2012

Sensualidad.

Introduciremos nuestros dedos
en la hendidura abismal de los siglos.
Tenemos varias cosas en venta,
soledades, existencias, tiempos.

Te regalo seis cuerdas de plata,
 a cambio de una muerte magnifica,
una que huela a sudor, carne, sexo.
Una que me arranque violentamente del hoy.

Te conjuro, mujer deforme.
Estoy tan feliz porque he perdido mi buena ortografía,
ya no conozco las palabras, ni el vacio que representan.
Solo conozco lo que no es, tus piernas invisibles.

Tu Big Bang.
Una implosión en mis agravios,
ya sabes bien donde encontrarme.
Solo silencia, desgasta, burla las palabras.

En esa pequeña cohesión entre lo inexistente.
Aquí estoy
Alejandra Vidal Olmos.

Aquí te espero.

viernes, 5 de octubre de 2012

Flores.

 Les pido perdón
bellos seres,
les arrancaré para darle una sonrisa
a alguien más.

Quien quiera que sea,
su vitalidad no morirá,
quedará prendada del viento,
del momento, de la sonrisa aquella.

Perdón seres, les devolveré el favor,
algún día, de alguna manera...
Cuando ustedes me arranquen el cuerpo
y florezcan en la tierra sobre la cual caiga muerto.

Flores,les agradezco.
Más que una sonrisa anonima,
me han dado una vida próxima,
viviré cuando muera,
en el renacer de sus pétalos violetas.


martes, 2 de octubre de 2012

Prohibiciones del tiempo.


Un lugar olvidado por las marchas del destino,
Allí donde Cronos no cerró sus cicatrices.
Un momento que no empezó nunca,
Que no dictó  final.

Las voces nunca se desvanecen,
Las cuerdas vibran constantemente.
Entre luces de estrellas lejanas,
Duerme el espíritu de un viajero.

Una respuesta.
Un camino se ha abierto,
Aquél lugar vive latente,
Se detiene. Vuelve a ser.

El ritual de la vida misma,
Hay una brecha entre realidades.
Hay una puerta en el viento,
Iré hacia allá.
Seré allá.
No necesito más que un instante.
Detente. De ten te.

Una playa con diamantes en los ojos,
Olas azules de la memoria,
Mi voz esta aquí, en el silencio.
Mi cuerpo, en el lugar prohibido por el tiempo.

lunes, 1 de octubre de 2012

Violencias.

"Debemos casi la totalidad de nuestros conocimientos a nuestras violencias." Cioran.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Enfermedad.

Tal vez mi enfermedad es lo contrario,
no le beso los pies a la historia.
No estoy histérico pero tampoco exhausto.
Tal vez mi enfermedad es distinta,
y el tiempo corre en un túnel paralelo,
nunca me encuentra, no me conoce.

No me he rebelado,
tampoco soy indiferente.
Mi enfermedad es justamente esa,
Otra.

Una que no se desprende del espíritu humano,
ni de sus características de ser crónico.

No, mi enfermedad es otra.

Todo lo que ha muerto
vive infinito en mis entrañas.
 El reloj no me alcanza a tocar,
sus manecillas son demasiado cortas.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Licantropía. Fernando Pessoa.



LICANTROPÍA                                                     [2-11-1915]
En algún lugar los sueños serán realidad.
                  Hay allí un lago en soledad
para ti y para mí iluminado por el luar
                  y, para suerte nuestra, sin igual.
Se extiende allí la blanca vela oscura
                  que el vago viento imperceptible hincha
y nuestra soñada vida conduce
                  hacia donde las aguas se funden
en la orilla de árboles ennegrecida,
                  donde las desconocidas arboledas se encuentran
con el deseo del lago de ser más
                  y así el sueño completar.
Allí nos ocultaremos y desvaneceremos,
                  todo por la luna vacíamente contenido,
sintiendo que aquello de lo que estamos hechos
                  era algo musical.

Fernando Pessoa.
Texto original:

LYCANTHROPY // Somewhere dreams will be true. / There is a lonely lake / Moonlit for me and you / And like none for our sake. // There the dark white sail spread / To a vague wind unfelt / Shall make our sleeplife led / Towards where the waters melt // Into the blacktree'd shore, / Where the unknown woods meet / The lake's wish to be more, / And make the dream complete. // There we will hide and fade, / Emptily moonbound all, / Feeling that what we are made / Was something musical.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cadenza.

La vi allí, entregada al desenfreno. Una gota de sudor caía sobre la frente, mientras su pelo se posaba sobre su rostro. El movimiento que su violín ejercía sobre ella la hacía danzar como un péndulo. Era la solista en un concierto de Tchaikovsky. Sus manos, ágiles, pintaban ilusiones en forma de pájaro sobre el diapasón.

Era sensual, a pesar que su cuerpo no fuera voluptuoso,  sus labios hacían pequeños gestos, casi recitando lo que tocaba, sus ojos ardían y el espíritu en pos de amor carnal hacia la música intangible.  Parecía hecha de otra materia, era tan liviana que parecía flotar sobre el escenario. La música avanzaba furiosa, tomando para sí el mundo que la rodeaba, creando dimensiones nuevas a cambio de la realidad imperante.

"Quien crea, ama el mundo, por lo tanto lo destruye."

Nadie sabía, nadie podía ver lo que ocurría con ella. Al paso de cada compás un dios de la incertidumbre se apoderaba de su ser. Crecía rápidamente en la profundidad de su pecho, desde el esternon. recorriendo con sus manos de líquido caliente su torso, platandole una semlla de delirio en cada nervio. Así, recorría de la boca hasta los senos, el pubis, las piernas.  Mientras ella más tocaba, crecían las semillas hasta la locura.  El dios se apoderaba de su cuerpo enardecido. Árboles se alzaron en cada uno de sus poros, hasta echar raíces en lo profundo de sus abismos.
Justo en la cadenza, el descarado se revelo por completo en la carne de la violinista; introdujo anturios en forma de versos en su vagina, de una manera tan delicada y mordaz que el orgasmo fue inmediato. Ella nisiquiera gritó, toda la energía se fue directo a sus manos, al violín.
El daño ya estaba hecho, el dios la poseyó por completo; llevó sus capacidades musicales a puntos suprahumanos. Fue su mejor concierto. El divino le concedió la vida máxima durante aquel lapso inmortal que es la música.

Pero todo lo que da siempre quita. Justo después del aplauso final, cayó muerta con placer y furia en su rostro.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Poder.

Tal vez se pueda ver con claridad,
tal vez se pueda hablar con tranquilidad,
tal vez se pueda vivir en paz con la realidad.

Tal vez.

domingo, 2 de septiembre de 2012

A los heroes...

Mirame aquí, con mi implacable humanidad. Mirame, más allá de los ojos oscuros, sacame una verdad más de las que no sé decir. El ave vuela hoy sobre las grandes masas desesperadas. Y mientras mil voces me dicen que pertenecí a algún sitio, lágrimas caen de los ojos de los mendigos, los que sufren solos el frío de la noche. Siento morir las voces de los héroes en mi silencio, en mi indiferente comodidad hacia el mundo.

Los árboles, solo ellos hablan con la verdad del instante, pero que crueles son, que insoportable es la realidad. Ellos mueren, dejando semillas que el viento llevará en su seno hasta plantarse en la tierra. Los seres humanos no brotamos, solo miramos hacia otros horizontes, algunas veces inalcanzables, y cuando no lo son, el precio que hay que pagar para llegar son la cabeza de nuestros hermanos. ¿Cuales hermanos? Todos. El precio del triunfo es la cabeza de la humanidad entera. Una humanidad que cada uno viola, escupe y pisotea, con solo mero hecho de vivir bien, cuando tantos no lo hacen. He visto niños hambrientos sonreír, ancianos abandonados reirse a carcajadas, he visto a unos pocos dando la mano a quienes lo necesitan.
Esa es la fuerza del ser humano, una voluntad invencible. Una voluntad invencible cuando todo esta perdido, una voluntad invencible y solitaria, de las señoras que barren las calles, de las madres solitarias, de los padres dejados en el olvido. Los hombres, que soñaron con un nuevo amanecer, asesinados o apaleados por la sociedad...esa voluntad invencible que nos han robado con necesidad superfluas, con egoísmos fatales, con una concepción de amor que más que liberar encarcela.

Hoy, tal vez de manera inútil, le escribo a todos los seres que han estado solos, que han sufrido por una causa, a los torturados, a los creyentes, a los que están vivos, a los muertos.

Hoy le escribo, y sé bien que no soy nadie para hacerlo, a los mártires de nuestro progreso, a quienes su sangre fue derramada en el lodo para convertir esa mezcla en el asfalto de nuestra civilización descorazonada. Quisiera que me escuchasen Tupac Amaru, Jaime Garzón, Alfonsina Storni, Simon Bolivar, Mercedes Sosa, Che guevara, Andrés Caicedo, Ernesto Sabato, Alejandra Pizarnik, Caonabo, Recabarren, muchos más. Quisiera tener un rostro que le exprese a toda la humanidad, quisiera poder decir..."Yo pienso en ustedes y pensar y no hacer, es imperdonable. Perdóneme. Perdón."

Sabato decía que cuando alguien lo leyera, seguiría vivo en sus palabras. Todos los grandes heroes de la humanidad, tantos sacrificios en tantas guerras. Yo pienso en ustedes, y quisiera soñar, anhelar,  que están vivos...

miércoles, 29 de agosto de 2012

Ritual.

Un círculo de sal, eucalipto, oleos, cuerdas viejas.
Fotografías. Un cadaver de madera.
Se puede saber todo lo que ocurre en el mundo,
en el alma de los seres, se puede vagabundear fuera de la physis
y volver a ser silencio entre músicas sagradas.

domingo, 26 de agosto de 2012

Lugar.

He llegado aquí, caminando siglos.
Ando en busca del país que no he perdido,
el jardín que no existe más que en la imaginación aturdida.
Me duele como un sol  la nostalgia de sus paisajes,
el ardor de sus aromas arcanos.

Yo he estado allí, en ningún lugar
Aquél lugar, mi lugar. Todo lugar.
Allí los huesos se convierten en leyendas
y el fuego da vida a lo impensable.

Yo he estado allí, y volveré.
He de despertar entre bruma del amanecer.

viernes, 24 de agosto de 2012

Noche.

Una sensación de podredumbre se apodera de lo que veo, huelo y palpo en las calles de la noche. La "suciedad" me invade. Siento entrar por mis pies un ejercito violento de insectos, todos marchando hacia mi vientre.  Tal vez sean las nauseas, el asco a la humanidad que me agarra cuando me sé humano y no sufro hambruna, ni frío y escasez como la mayoría de los humanos. Entonces me doy cuenta que soy real y no lo merezco, que pertenezco a una estirpe de hombres que provienen del trabajo a la tierra, más yo no la trabajo, yo la pisoteo con mi respiración de tigre enjaulado. No seré jamás el pasado, tampoco el presente ni semilla del futuro. Una semilla de palabras rotas, una sombra entre calles recorridas, un espirítu vagabundo que canta sin voz, sin final.

Y la verdad, sobre todo, es que lo disfruto. Ser el todo y la nada en los bordes de la memoria, la guía mística el dolor placentero en la música. Un difunto a punto de revivir en los filos de la noche, tan dulce y vivaz.

Si, una sensación de podredumbre me invade y puedo entender por fin, la podredumbre también es y será divinidad.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Los amantes imaginarios.

Los amantes imaginarios
son los lugares que se recorren,
las palabras que se escriben,
las penas que acechan al atardecer.

Si soy otro, una sombra de un árbol.
tendrá nombre de mujer con alcohol en los labios,


Ellas, ellos, ustedes.
Son lo que veo en el espejo,
el  ardor incesante en la pared de mis huesos
y un poema nunca escrito,
un dolor efímero, sin rima, sin sentido...

Una angustia me dice que he llegado al fin del camino,
donde se quiebran los fantasmas,
y me encuentro a mi mismo,
como un amante imaginario.

De la soledad.

lunes, 20 de agosto de 2012

Vida.

Llegaran, sin duda, esos seres extraños a robarnos el corazón. Serán como una punzada negra, que dejara dolor mientras caminamos hacia un nuevo futuro. Tendremos ninfas en las lenguas, torturas inocentes colgando de las palabras. En la piel, árboles.
En el recuerdo, misteriosas sombras y fatigas.
Estaremos hechos de barcos, mares, pájaros, soledades.

Estoy vivo.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Violencia.


La violencia insana
contra todo lo que las palabras callan.
No existen amabilidades,
la más pura sonrisa es lanza de batalla.

Un caparazón amorfo
que seduce imposibles con sus rostros.

Un lenguaje, un código, una seguridad.
No se podrá llamar nada como verdad,
Nunca se sabrá cuando es un engaño,
cuando la lengua sufre ante el encanto.

El ritual, mi amor, el ritual.
Los terribles danzones antiguos,
el beso en la inmensa garganta del diablo.
el vuelo del hombre pájaro.

¿En donde?

El lugar que no existe entre las dimensiones de lo creado.

Incógnitas.



Entre tantos desconocidos,
¿Como nombras aquella sombra,
 aquélla mirada triste que se posa sobre ti cuando nada es cierto?

Entre tantas palabras,
¿Como eliges las correctas
cuando te preguntan si vives en el rugido fugaz de los años?

Entre tanta confusión
¿Como decides vivir
en vez de morir presa de tu propia incógnita? 

Allá los desconocidos, allá las palabras, allá la confusión.
Aquí, la sed...

Oscuridad.

Solo demoró dos pasos,
Entonces el sujeto conoció el objeto,
entonces el arkhé volvió a su estado natural,
Solo dos pasos.

Solo dos pasos al abismo,
Y se enrolló cálido en el nido de la serpiente, 
la oscuridad.

lunes, 13 de agosto de 2012

Debilidad.

Ese es el principal reto, el olvidar el ego, arrancarse de la corriente del mundo, de la sociedad encadenada por su progreso, por su rápido tren que lanza los niños a los perros hambrientos. Sinceramente, no quiero vivir en este lugar en el que vivimos. Todo lo que creemos proviene de la crueldad. ¿El conocimiento? El producto de la sangre y el lodo derramados. ¿El poder? Cualquier sistema politico, sin duda, cualquier organización colectiva es una desesperante búsqueda de aplastamiento.

(Si, mentí brutalmente. Fui lo más sincero dentro de mis mentiras, fui mil seres de la peor calaña... ¡Como negarlo, como soportar esta furiosa ráfaga de sinceridad. No lo puedo aceptar, y de nuevo, es una prueba de mi ego rapaz el no hacerlo. Quisiera ser tan transparente, escapar de las garras de los que existen siempre. ¡No! No soy un ser humano bueno. Ni malo. Maldita sea. Mis rostros, tal vez estupidos e ignorantes, son un monstruo grande que pisa fuerte... ¿Como yo soy quien soy, la traición en vida del silencio, de la ceguera iluminada? La dios, la salvaje llamada. Es posible, como puede vivirse una cultura diferente, un mundo mejor, cuando ha costado tanto, cuando no lo deseamos realmente?

He visto la belleza en medio del lodazal, he visto la inmundicia en las miradas de los santos.
 El ser humano es un alma de diamante, diamante que brilla con balas en su núcleo de sal.
Desearía, por encima de todo, sufrir un tormento eterno como el de Prometeo. Desearía ser despedazado por los perros, desearía que la fiebre y los animales nocturnos me comieran desde adentro y me hicieran explotar. No por tristeza, sino por libertad.  Yo quiero ver la realidad padecer.

¡No! Olvidar para siempre la humanidad.
Olvidar para siempre.
Pero ¿como olvidar? ¿Como olvidar los muertos estúpidos si son el único camino redentor?
Habrá que devorarlos uno a uno, prostituirme, venderme, reirme, y humillarme hasta la más baja expresión.
Y entonces... seré redimido.  Pero lo acepto, al menos. Soy demasiado débil para eso.

Lujuria.


Crueles éxtasis de pocas palabras,
serán miradas de rubí,
calor de soles inventados
de boca a boca, piel carmesí.

Un sueño de tinta erótica,
que escribe el infortunio
de quienes viven en el jardín del delirio.

Bebida bendita para enfermos
que sufren en los huesos,
la herida del firmamento letal,
la inyección de vidrio derretido en los ojos.

La maldita lujuria no es una necesidad sexual,
es una reivindicación espiritual.
Una ambición de fundirse con la divinidad
entre las piernas del misterio.

sábado, 11 de agosto de 2012

Cronología.


Saciaré la sed a punta de carne.
Y el misterio
Y el olvido.
Serán el pan del mañana,
la herida del ayer,
el aire del presente.

jueves, 9 de agosto de 2012

Hombre pájaro.



Yo que preferí las jaulas abiertas,
el llamado del  invisible.
Yo que preferí el ardor,
el fuego y el vuelo.

Aquí me enfrento al viento,
como estatua de ceniza
amargura de sal.
Hijo predilecto de la nada.

Habrá que escribir, máquina para recordar
que yo preferí un  grito de dolor en lo alto,
al delicioso susurro de quienes aman.

Yo  preferí ser hombre pájaro...

miércoles, 8 de agosto de 2012

Apenas el ruido se extinga...


Apenas el ruido se extinga
romperá las piedras encantadas
la bestia encerrada en el silencio.

Arrancará de las cabezas
signos de interrogación pretenciosos.
 Los pies y enredaderas,
  El pecho y lodazales de sangre.
           El alma como ópalos.
 
Apenas el ruido se extinga
Escucharé su voz entre  líneas
como rompe las piedras, como hiere las piedras...
Entra fulminante a las tumbas que me habitan.

Apenas el ruido se extinga,
moriré, muriendo siempre.
Y lo prometo,
no volveré a vivir más que para soñar que he muerto.

lunes, 6 de agosto de 2012

Isla imaginaria.



 Un lugar donde las características de la realidad no aplican.
Isla imaginaria, voraz continente entre acordes y armonías.
Yo seré para siempre un viajero olvidado
por la sangre de la sangre.

domingo, 5 de agosto de 2012

Templo.

Crecerán de nuestras gargantas
pequeñas semillas de viento y sol
Desgarraran las palabras
de amnesias obligadas.

Es la época de los dioses profanados.
Es la crisis de los templos olvidados.

En la boca, la sal.
En la música, la eternidad. 

El cuerpo, y sangre de ceremonia
festín. carnaval.
Y soledad.

Las serpientes blancas se deslizan por praderas doradas
enredan al mundo en su piel,y lo hacen feliz.

Feliz... Un final de esmeralda y fuego.

sábado, 4 de agosto de 2012

Ave.

Ahora, el tiempo se detiene
como azucena dulce en río calmo.

Una pequeña llama crece en la montaña
allí, almas libres besan el viento
 se roban estrellas
para conseguir sonrisas infinitas.

En el jardín de lo prohibido.
En el bosque donde todo delira.
Tanta felicidad oculta.
Tantos lugares invisibles.

El ave que hay en mi desea volar.
Alto. Y para siempre lejos.

viernes, 3 de agosto de 2012

Frenesí.

Frenesí incontrolable en los labios.
Palabras explotan enardecidas y lujuriosas.
Que infierno viven los apasionados
bajo el veneno del mar eterno!

Dioses salvajes.


Eterno respeto a las divinidades de la naturaleza
seres que colman el espacio de vida
la velocidad de las frecuencias y la poesía
la verdad en ritos astrales, la física, la química.

Inclinarse ante el silencio,
es escuchar sus voces
mirar un poco hacia adentro
y conocer sus rostros cambiantes.

Conocerlos siempre.
Buscarlos siempre.

Los dioses salvajes viven en lo secreto
en los cuatro elementos puros,
en las palabras de nuestros antepasados
en el éter y el éxtasis de los siglos.

¡Todos aquellos que conocen la divinidad!
A través de los misteriosos caminos de la Madre.
Los baños sacramentales tienen muchas caras.
Cánticos ocultos entre la carne.

¡Los desquiciados! ¡ Los enamorados ! ¡Los cientificos !
¡ Los poetas ! ¡ Los enfermos ! ¡ Los musicos !
¡ Los monjes !  ¡Los artistas ! ¡ Los indígenas !
¡ Los vivos y los muertos!

Tantos seres. Tantas muertes.
Tal vez no pueda reconocer sus facciones.
Tal vez no pueda ser lo que son.
Tal vez no pueda escuchar lo que claman.

Pero soy uno con ellos.
Con ella. La madre.

Los dioses salvajes festejan al atardecer
y juegan con niños fantasmas que bailan en el horizonte.


jueves, 2 de agosto de 2012

Ritos.

Un espectro de colores y sonidos
que no podemos percibir
el olfato de la muerte es agudo
el olor de vida la enferma.

La miseria de nuestras sombras
reflejando cuerpos desnudos de soledad
tragaremos miradas como filos de sable
y lanzaremos un grito sordo al inmutable.

Tal vez, si, imaginarios.
Personajes peligrosos que viven historias que no son
Historias que son siempre.

Los labios sangran ritos.
Las manos crean y conjuran
magias de otros tiempos y lugares
que nacen debajo de mi lengua.
Nacen debajo de mi tristeza.

Al final de todo, soy libre.
Jugando con el eterno.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Realidades.


Dos paisajes viven en mi.
Duerme el infante que existe en lo oscuro.
Vive la dama ardiente en su cruz
Un callar musical tortura mi garganta.

Dos paisajes viven en mi.

No se trata de vivir.

No se trata de vivir
y besar el canto de alondras
No se trata de vivir
ni sonreír al sol en su huida.

Al momento de partir,
he de recitar el himno del maldito
entre los bordes de la ilusión
poemas prófugos se aman.
Poemas prófugos desgarran.

Hay colores ocultos
en la comisura de los labios
Hay venenos mortuorios
en el mitigar del silencio.

¡Tú que me miras con desprecio!
¡Tú, que te entregas con una furia quieta!

Sé que me esperas en aquél punto
en la intersección de las paralelas
en el rumor de la noche.
El infinito. La eternidad.

No se trata de vivir,
y tener consciencia de estar vivo.
Es todo lo contrario.


domingo, 29 de julio de 2012

Soledad.

El rumor de lágrimas
en lo profundo
entre los ruidos sordos
de la memoria aturdida.

Aquella voz cruza mi voz
se enreda en un pasado
atado a antiguos oficios
y religiones olvidadas de dolor.

Quienes te escuchan
tienen tus propios oídos
Quienes te ven
tienen tu mismo rostro.

Seres transfigurados por el silencio.

Esta soledad no es nociva ni deprimente.
Igual que el ser emplumado, tiene rostro de infante.
Esta soledad baila compases que no existen,
se resume a sí misma en silabas impronunciables.

sábado, 28 de julio de 2012

Tortura.

El hombre no se había rendido aún. Conocía muy bien este tipo de casos, no me alarmaba. Primero, la valentía, el amor a la integridad, al a dignidad y la libertad. Luego, suplicas, violencias, insultos, y al final, lágrimas. Yo sabía muy bien que no era inocente, tampoco realmente culpable, pero debía torturarlo hasta que aceptara ser culpable.
¿Por qué? Por placer.

Por su rostro, digno aún, corría un pequeño riachuelo de sangre. Probé el líquido con mi lengua... El hombre calló inmediatamente. Que fuera  una mujer y no un hombre quien lo humillara de esta manera era algo que yo sabía bien, lastimaba su amor propio más allá de cualquier frontera. Tipos orgullosos como estos me encantan a la hora del suplicio. Este era un trabajo importante. Era un político joven, un granuja corrupto y pretencioso, que como el viento había soplado a su favor en los últimos tiempos en el juego de poderes del país, estaba confiado en que era un  personaje "intocable".

Dejé que se calmara por un momento, le solté las cadenas y lo dejé ponerse su vestimenta elegante de nuevo. Inevitablemente, el hombre creyó que todo había acabado y que había sido una broma de mal gusto, contra la cual descargaría todo el peso de sus influencias. Así dijo, petulante: "Llamaré a mi abogado. Intentaré que a ti te den poca pena, pero a los que están detrás de esto...ya lo veran".

Lo que más risa me dio fue su indulgencia conmigo. Era una forma de devolverme las humillaciones, de pretender superioridad. No entendía que si lo dejaba libre por unos instantes era solo para aprisionarlo de nuevo, y sufriera un poco más por su añorada libertad. Los humanos solo apreciamos lo que podemos palpar en momentos de desesperación. 

Soy una mujer atractiva, lo sé muy bien. A pesar de las noches enteras que he pasado torturando gente, no he perdido mi encanto femenino. A veces, coqueteo con los que ya no tienen más esperanza en el mundo. Este hombre, definitivamente, no era uno de ellos. Pero intentaría algo nuevo esta vez. Mi cuerpo es un buen cuerpo, Tengo labios bellos, sutiles. No soy muy alta, tampoco bastante bajita. Un poco perfecta, mis piernas, exquisitas.  Mis senos son grandes, buenos, firmes. Solo sufro de un defecto. Tengo pecas en mi espalda. 

Me quite la blusa sin decir nada. El degenerado creyó que era un agradecimiento por su demostrada benevolencia con el asunto del abogado. Se lanzó hacia mi como un perro... Yo dejé que me tocará, insinuándole que me besara un pezón. El idiota, ardía de ganas. Al primer contacto de sus labios con mi piel, cayó al suelo. Sus ojos se perdían en puntos en infinitos de dolor, su boca expulsaba babasa. Sufría, sufría mucho, el veneno que había preparado no lo mataría, pero si le causaría espasmos, le dañaría un poco de sistema nervioso. Y eso que fue poco lo que bebió, pero yo conocía las características necesarias para cada caso. Ya había bebido de este veneno antes.  Lo mejor de todo, bajo los efectos de este brebaje no se perdía la conciencia. Se perdía el habla, se sentía encerrado dentro de sí mismo, pero se manejaba una conciencia del exterior precisa, tan precisa, que era fatal.

Lo arrastré por toda la habitación, lo golpeé contra las paredes, le atesté varias patadas. El orgulloso hombre había desaparecido. Ahora solo quedaba una pequeña criatura que rogaba por piedad con sus ojos.
En ese preciso momento, me lamenté que no pudiera hablar. Lo principal sería que se escuchase a si mismo suplicante, como el ser humano más sucio, más triste, más infortunado. Claro, que seguramente esto era lo que cruzaba por su mente en ese momento.

viernes, 27 de julio de 2012

Odas al sol negro.

El despertar del sol negro
la caída de cráneos angelicales
en la lluvia triste de enero.

Confundieron la realidad,
viendo el final cuando empezaba el inicio
con rituales agrios de esperanza
sacrificaban palabras en su suplicio .

Seres superiores encarnaron animales
cantando himnos al fuego oscuro.
Bebían del extraño brebaje
que convertía a los hombres en dioses salvajes.

Los sonidos quebrantaban las paredes
que una dimensión a otra dividía
así todo fue posible, la fantasía vivía
cuando algún delirante poeta escribía.

Odas al sol negro.
¡Tantos muertos!
Todos tan estúpidos.

Odas al sol negro.



jueves, 26 de julio de 2012

Los labios sangrantes.

Hay mentiras tan sinceras, que labios sangrantes pueden enternecer al decirlas. Una noche como estas, como cualquiera, se apareció ese animal, ese maldito animal en mi cielo. Tenía brazos de mujer, patas de león, alas de colibrí. Una mirada de ángel. Hay mentiras tan sinceras, hay mentiras tan sinceras. Los ángeles siempre me han trastornado, siempre me han gustado. ¿Es posible vivir así?  Aquella quimera, que me visitaba con algún propósito, para mi desconocido, se acercaba bañado en sensualidad monstruosa.  Respiraba  dificultosamente, pero algo en su movimiento desprendía una seguridad repugnante.

Hay mentiras tan sinceras, que hace falta morir, que hace falta plantarse de pie al universo, hacerlo crujir y entristecer. Luego cortarse los labios, besar con sangre el espíritu inocente del niño.
¿Cual niño?
Ese niño.
Ese fatal infante.
Que crea, destruye, me corrompe, me clava acero, me hace tomar azufre con jugarretas infantiles.
Ese niño, que me corta los labios.

Ese fatal infante, el que ríe en las oscuridades de la nada...

Dios.

Tribulaciones de un asesino.

Una luna tatuada debajo de su cuello. Ese es el primer recuerdo que tengo, arrastré como un maniático mi cuerpo por calles solas. Su mirada, tan oscura, encarnaba mis temores más humanos. Yo estaba alucinando, a esa hora de la noche. Era imposible estar en dos lugares tan contrarios a la vez,  sentado en el frío de un parque solitario y en el mismo momento rodeado por el fuego intenso de su rabia. La ciudad que ardía en una imagen de eterna, me consumía poco a poco. Tenía algo de carbón en los pies, por consecuencia de pensar en la ira  de aquella que en ese mismo momento, pronunciaba mi nombre en silabas lentas, como alzando su voz hacia un ritual mortal.

Encontré, tras un largo caminar, una caja negra. Aturdido, como estaba, no pude pensar en nada. Solo la tomé y la guardé en mi chaqueta.  Me tendí en el pasto, exhausto. La medialuna se posaba cerca del horizonte, muchas estrellas alumbraban similares a velas ardiendo. Creo que dormí, o soñaba despierto. Tan mareado estaba, tan débil, que no puedo recordar en este momento mi estado en ese entonces.

De la extraña caja negra, su voz se producía. Cantaba, ¡cuanto me gustaba escucharla cantar!
Que lastima haberla asesinado esa misma noche... Así no la podría escuchar su música.
Era lo único que lamentaba, no volver a escuchar canciones de sus bellos y finos labios.

miércoles, 25 de julio de 2012

Alucinación.

"Yo soy culpable, más que todos los seres que existen.
Yo los perdono a ellos, que ellos me perdonen a mí. "

La frenética alucinación del místico,
lo lleva hacia caminos desconocidos.
Engulle soles con solo pronunciar rituales,
promesas escritas por deidades vulgares.

El rumor de la eternidad se pasea
por los silencios de la ciudad.
Habrá que envenenarse con cantos
esperando que el sol nazca en lo sagrado.

Las almas que bañaron los ayeres de alegría,
Vibran y atraviesan con sus luces,
las oscuridades más atrevidas.

La energía me conduce hacia lugares impensados.
No reales. Mágicos.


jueves, 19 de julio de 2012

Alas.

Caen hojas al suelo, palabras al abismo
los arboles se desangran,
semejantes  al soñador en vísperas
de su cándida muerte primaveral.

Las raíces se pudren,
como los pies del caminante.
El grisáceo color del que fallecerá,
del que fallece, del que falleció.

Hay que morir mil veces
para que la piel vuelva a su estado natural
Quebrantar las fronteras de la realidad...
Esta tristeza es el primer paso para ser libre.

Tristeza devoradora de colores,
y un atardecer sus brazos explosivos,
la dama que olvida cantar, cantando.
Su voz, serán  mis alas.

Ser divino.

Prófugas e irreales
son las palabras del ser divino
un rumor de enredaderas,
el silencio del hombre en la hoguera.

Se sacrifican las silabas
en momentos demasiado concretos
se exige poesía,
al abismo insondable de la vida.

La crueldad es un reloj de cuerda
recitando las horas antiguas,
pregonando una única solución,
morir cada vez que se respira.

El resplandor cuida de mi garganta
la esculpe con tristezas rígidas,
Fantasmas de otros lugares,
y  mil desgarrantes fantasías.

Ser divino.
Demiurgo.

domingo, 15 de julio de 2012

Brisa.

Brisa.


Una desconocida con mirada de sol
unas manos soñando el universo
Un cantar tímido entre las alamedas
y las flores escritas entre blancas, negras y corcheas.

La música desaparece distancias,
baña oscuridades, alimenta poesías
le recuerda al eterno resplandor
porque tiene que nacer cada día.

Y su sonrisa, la de la música,
la misma sonrisa de la rojiza desconocida,
Danza al ritmo del océano, de las cuerdas,
del dulce rumor de melodías furtivas.

Una sombra, la noche de mis noches
anhela las blancas playas y el rumor de la brisa....

jueves, 12 de julio de 2012

Dios



Entre palmo y palmo de esta noche tormentosa
he dilucidado la verdad.
todos los pájaros cantan mis palabras.
todas las sombras purifican mi andar.

Me perdiste como se pierde una pluma,
entre las calles anónimas,
en el burdo danzón del tiempo
a compás de Lunas amadas.

Me perdiste como se pierde una idea,
sofocada por el peso del tiempo,
por la lujuria universal,
de estar más allá de la realidad.

Alto, tan alto.
Tan limpio.
Tan puro.

El corazón  se funde entre gritos vegetales,
y las melodías de la sonora tempestad
devuelven al lugar al que perteneció en antaño.

La piel se baña en himnos sacramentales
escritos en códices antiguos.
Esos rituales, que existen en lo profundo
en lo azul, en lo oscuro.

Perdóname, he encontrado aquél rostro,
el rostro de Dios.

Correcciones por Ishkra.

miércoles, 20 de junio de 2012

Religion.

Este lugar revestido de fuego
de mariposas de cera ,
los sonidos eufóricos,
las interminables carreras.

Tan furiosas crecen las palabras
en los laberintos de mi garganta
tan desquebrantadas de realidad
las estaciones del silencio.

Hay dioses de madera,
hay dioses de sal,
hay dioses teóricos, dogmáticos.
Hay dioses de cualquier tipos, falsos.

Y yo estoy triste, malparidamente triste.
Porque existo.

jueves, 14 de junio de 2012

Temor.

El temor es un ave con alas de plata
una máquina que deshace humanos,
o que los hace completamente.

Siglos y siglos de palabrería  y guerra
a causa del miedo del hombre
hambre,suciedad, amor y fuerza

Dos más dos son realmente cinco
tres cerebros apachurrados contra la acera
puños que son manos que aman,
manos que ultrajan, deseos que anhelan.

En todas las tumbas mi nombre esta escrito
el ardid de mis pesares envenenan tibiamente
los muertos que dicen: que doloroso es estar vivo.
que placentero es estar vivo.

Es un ave con alas de plata,
es una sombra de sangre
una mancha imborrable.

Un salvajismo, es más natural de todos.
El más cierto de todos.



1.618.


La proporción dorada, el número aureo.
el baile mortal de las frecuencias,
esas que son todo, lo que vibra, lo que la vista engaña
la armonía desquiciada en la existencia, en las existencias.

1,618.

lunes, 11 de junio de 2012

Perdón.

Te pido el peor perdón del mundo.

domingo, 10 de junio de 2012

Retórica.

Hablamos sin parar sobre lo que es y no es
hablamos de Lunas, personas y muertes
de esencias burdamente mencionadas
como un concepto más de nuestra habla cuadriculada.

Y creemos que tenemos algo al conjurar
el mundo, la existencia, la physis.
La filosofía es un amplio bastión de inutilidades
de nuestra razón en crisis.

Tan tonto es quien ose comprender sin ser
que es, que no es, que existe.Que entiende.
El placer animal de fundirse con la madre
es la verdadera ciencia que trasciende.

La risa es mucho más fuerte que el conocimiento
el baile eufórico de los indígenas salvajes
los dioses ocultos del carnal silencio
las estatuas de sal de los hijos del viento.

Sí, Sí, Sí. Pura Carreta...
pero al menos, me río.
Y mientras el ser humano pasea solo por el mundo...
Mil seres acompañan mi caminar mientras sueño.

A este ciego no lo engañas.
La retorica te descubre
y revela tu mirada al tiempo
cuando los ángeles cantan.
Suenan las campanas.

sábado, 9 de junio de 2012

Sed.

El estado inminente de humanidad:
la sed cruel, la sed mortal, la sed que no se calma
ni fría ni caliente, extraordinariamente eficaz
el camino de los perdidos, la sed, la verdad.

Mis ojos son serpientes de oro
ante fuegos eternos, miradas fugitivas
se esconden entre las palabras de acero
la sed me libertará del para siempre del tiempo.

La sed infinita, la sed infinita.
Mis labios están secos.

martes, 5 de junio de 2012

Sin título.

Las cadenas se habían roto, entonces aquellas bestia broto de su pecho, destrozando las costillas, los órganos y carne de su portador. Era un renacer, no tan ideal, más bien literal, real cruel y monstruoso. Su sola presencia agrietaba el suelo, condesaba el are y transformaba las paredes en vegetales, hermosos y venenosos.
Rugió como un león, y solo con esto, eliminó la gravedad en un instante. Nuestros cuerpos flotaban, pero él seguia inmóvil, solo su piel quimérica se movía, respirando por si sola, tomando no solo el aire sino la esencia de todas las cosas vivientes que le rodeaban. Mi alama se me escapaba desesperadamente, abriendo mi cuerpo desde adentro, buscando reencontrarse con él.

Las personas que estaban en el salón huyeron. Todo lo que ocurría era impactante, la realidad estaba girando al rededor de un solo punto. Nosotros. No sentí miedo, me acerqué hasta estar enfrente de tal imponente pero solemne ser. Era como acercarse al sol, me sentía fuerte, apunto de morir pero inmortal. Cuando estuve frente a frente con él, abrió los ojos, diciendo: "Yo soy tú."

Deseo.

Tan profundas como el sol
se escuchan las palabras,
cada nombre, cada rostro
de mil personas devoradas.

Soy su esencia,
soy su silencio inclemente
las vidas que no han vivido
las muertes que son siempre.

Tan brutal es el existir,
al momento de incitar la rabia
la sensualidad se esconde
entre sombras sin fin.

La música altera el juicio
del Magistrado universal
Nuestros días serán eterno ardor
cuando el mundo se vuelva cantor

Mi sangre hierve fieramente
cuando las imagines de cuellos blancos
se destrozan con lujuria
en mi mandíbula furibunda.

Entre danzas de caníbales
entre ritos de amantes
esta es la vida,
un pequeño teatro de ceniza.

El júbilo es ser el dolor
ser la alegría, la religión
ser la víctima y victimario
de este deseo criminal y sagrado.

Conversaciones con una muerta.

Se asomó cuidadosamente por la ventana, a veces, el miedo de que alguien lo descubriera lo paralizaba, no es que hiciera anda malo, no es que tuviera nada que esconder, pero el mero hecho de demostrar que tenia algo de interés en el exterior le avergonzaba.
Era un muchacho tímido, pero con un potencial por encima de las expectativas comunes. Su rostro era fino, con cejas oscuras, labios delgados, piel pálida. Vivía en un apartamento en Chipre desde hace varios años. Estudiante de Artes plásticas. No acostumbraba a hablar con muchas personas, y sus verdaderos amigos pocas veces querían pasar tiempo con él, pues era insoportable cuando deseaba estar solo, que era casi siempre.
Se asomó nuevamente a la ventana un poco más desenvuelto, al  comprobar que no había nadie. Sus ojos rodearon rápidamente al callejón, los demás edificios, las ausencias de las personas que no paseaban a esa hora de la mañana. No había nada extraño ni exaltante en el contorno, solo aire gris y cemento.

Su cuerpo se agitó violentamente apenas dirigió la mirada directamente hacia abajo.  Entre bolsas de basura alcanzó a distinguir un cuerpo ensangrentado, primero el espanto lo hizo retroceder; luego,  respiró profundo y al calmarse,se asomo de nuevo para examinar bien las características del cadáver callejero.. Tenía un vestido blanco manchado de sangre, sus cabellos dorados se mezclaban con salpicaduras de  rojo oscuro, sus ojos, abiertos como afilando la brutalidad del crimen, habían perdido todo destello.  Lo miraba como acusándole, o así lo pensó él en el furor del momento. La cabeza estaba magullada, la cara moreteada, un silencio brutal.

Sus piernas habían sido vulgarmente mutiladas, solo conservaba de ellas desde las rodillas. Su cara, que distinguía parcialmente desde el tercer piso en el que se encontraba su habitación,daba muestras de una belleza única, pero por encima de esto, brindaba la impresión de haber sido una muchacha serena, alegre y tranquila. Parecía un ángel,  ni siquiera el salvajismo de su asesinato lograba achacar aquella belleza sobrehumana.

 En su regazo, yacía una guitarra ensangrentada y rota,víctima también, del asesinato de su dueña.

El muchacho se sentó en su cama, era victima de mareos. Su cabeza le dolía intensamente, como un si una puñaleta le atravesara la cien. La imagen de la muerta mirándolo fijamente lo espantaba, su corazón latía agitadamente, mientras que su visión se hacia cada vez más borrosa. Una sed mortal se le ceñía a los labios delgados, secandole la lengua, boca adentro hacia el esófago, haciéndole triste el estomago, hasta los pies, donde la sed era más bien la angustia de caminar o no caminar sin un destino. Todo su cuerpo estaba muriendo con la imagen de la muerta.

Cerró los ojos durante un instante. La oscuridad era un calmo rellano en el cual la tranquilidad se posaba.  Su cuerpo volvía a la normalidad, y su respiración disminuía en ritmo considerablemente. Estaba en ese borde virgen que existe entre el sueño y la vigilia, aquél sopor intrépido que invita sin invitar al mundo orinico, estaba al borde del abismo cuando un par de manos suaves acariciaron su pecho, livianas, cariñosas, místicas... No supo distinguir en ese momento que era parte de la realidad y que de la ensueño, ni en ese momento, ni nunca más en su vida.  En su sueño, las manos eran serpientes blancas que se deslizaban por su cuerpo, brindadole un frescor sexual a cada poro de su cuerpo, metiendole entre espacios un poco de infinito en dosis reptiles y divinas. Las serpientes mordieron su espalda, enredaronse en su cuello, bailaron  dejando una huella de fuego en su pecho. Las sensaciones eran demasiado reales para ser parte de un sueño, pensó en un fatal instante de lucidez. Justamente, apenas cruzo ese pensamiento por su cabeza, las serpientes huyeron espantadas hacia lo oscuro. De nuevo, el negro de sus párpados cerrados colmaba el universo. Entonces escuchó aquella voz: "Nunca se debe mirar a los muertos a los ojos. Se les quita la paz." Era una voz dulce, casi burlona en lo que decía. Hermosa, nocturna, sensual. Aquella prófuga voz.

Abrió los ojos lentamente. Estaba completamente inmóvil, ningún órgano respondía. Casi que su corazón y pulmones estaban inservibles, sobrevivía por inercia, casi sobrevivía. Solo sus ojos pudieron expresar el terror que por un instante se apodero de su espíritu. Flotando en el aire, paralelamente a él, estaba la muerta. Sus caras estaban separadas por milímetros, sus ojos lo miraban fijamente, pero ya no lo acusaban, al contrario, lo buscaban con un profundo tinte de ternura, con una misteriosa atracción física y calma, pero implícitamente había algo burlón, algo que se reía del muchacho en la serenidad blanca de sus labios.
Su largo cabello castaño flotaba alrededor de ambos, enredándolos en una tela de distintos matices, un lugar que él entendía solo para un abrazo mortal, un instante de amor desquebrajado, el último.

Un calor furtivo llenaba su ser, lentamente logró tomar el control de su boca, y sin ninguna duda, le dijo: " "Estas muerta.". "Estas muerta, Estas muerta. ¿Vienes a jugar conmigo después de tu masacre? Soy solo un cántaro de cristal que refleja lo que no es. Lastimosamente, a ti no te puedo dar la vida. Muerta, y hermosa. Lirio pútrido de amaneceres inconclusos. Estas muerta".

La muerta, sorprendida por aquella respuesta, que seguramente no esperaba, desapareció de un golpe.
El muchacho, saliendo de un trance, se levanto a ver de nuevo la ventana. El cuerpo seguía allí, sin moverse. "Por lo menos, de allí no te moverás." dijo y se rió, pensando en lo influenciables que eran sus sueños, y lo influenciable que era él por estos


Miró al espejo, entonces no se sorprendió por el hecho de estar desnudo. Tal vez se había desnudado en mitad de la noche, cosa que era común cuando dormía solo. Solo lograba ser más objetivo a través del espejo, miro el reflejo de su habitación, que tremendo desastre. Oleos regados, dibujos sin terminar, ropa sucia, ropa sucia, ropa sucia. Se sorprendió cuando vio varias manchas de sangre en el pantalón que habia tenido la noche anterior. Entonces recordó. La noche anterior habia estado en un bar, en el bar había peleado con un tipo cualquiera, pero había salido ileso, por lo menos él.  No importaba, no era un gran suceso. Tenía que pensar en trabajar en cualquier obra, por trabajar, por ver morir el día en sus manos. Que buena idea, pensó entonces, pintaría el morir del día en sus manos.

La idea le golpeo abruptamente el cerebro. Dos manos, sus manos, que tenían el sol y lo desangraban con palabras. Asi imagino su cuadro, el sol se desinflaba en las puntas de los dedos, mientras escapaban poemas negros que mataban el día, mataban el día, el sol, las nubes, el fondo azul casi gris, casi gris, casi triste. Sus manos mataban el sol, el día. Que buena idea aquella.

No quería vestirse, cuando pintaba desnudo se untaba todo el cuerpo y resultaba haciendo una réplica de su cuadro en el mismo, así era la única forma en que de verdad le fluía. Tomó un lienzo casi limpio que tenia en su habitación y recogió los oleos que estaban esparcidos por la habitación, una energía exuberante lo dominaba. Quería pintar como un animal todo el día.

Todo salió bastante bien, pensó, tras largas horas de pintar. Se reía constantemente de su trabajo,de si mismo, de lo patético e insoportable que era ser quien era. Había pintado el recuerdo de la muerta encima suyo. La idea del sol muerto en sus manos? Ahí había quedado. Los ojos de la muerta lo miraban desde su pintura, que tenia un fondo rojo, muy rojo. Pero no por pasión, ni por violencia, por algo, algo rojo que vivía en él en ese día, rojo inexplicable.

"Maldita Muerta." Dijo.

"No se debe maldecir a los muertos. Se les quita la paz." dijo la boca que él mismo había pintado. Aquella voz, hermosa, sensual, pero esta vez, evidentemente burlona. Se reía a cantaros luego de ver la sorpresa del muchacho, su terror.

El muchacho, corrió hacia la ventana, confiaba en que eran alucinaciones suyas. Miró hacia las bolsas de basura, donde yacía el cadáver. Si, allí estaba. Solo eran voces en su cabeza. O eso creyó entonces.
Atónito, vio como el cadáver le sonreía, burlándose de él. Del mismo aire, la muerta se levanto de su lugar, y empezó a caminar  o hacer como si caminara verticalmente sobre la pared, lo más absurdo, era su falta de media pierna para caminar, mientras se acercaba a la ventana dando como si diera saltos de niña, cantando canciones infantiles, pero sin pies.

El muchacho asintió el reto, si su mente quería jugar con él, él jugaría con su mente. No se daría el gusto a si mismo de verse muerto de espanto. Pero que curioso utilizar la expresión "muerto" en aquél momento. Así que decidido, se sentó en la cama, a esperar a que la muerta llegara, para no darle la importancia de la llegada. Cuando la muerta llegó, el muchacho tenía una expresión bastante seria.
Ella esperaba causarle un gran impacto pero la impresionaba fuertemente la inmutabilidad del aquél personaje. ¿Por qué no se asustaba enfrente a ella, esta bien no temerle a los muertos, pero por qué no le temía específicamente a ella?

No se daría por vencido tan fácil, pensó la muerta. Así que se impulso bruscamente hasta agarrarlo de con ambas manos de la garganta, ( los muertos no atraviesan todo lo que tocan.) contra la pared, asfixiandolo.
El muchacho, fue presa del miedo en el instante, pero recordó que creyó creer que todo era una jugarreta de su mente.

Entonces pronuncio : " Caminante entre las piedras negras, fiel sátira de mis propias mentiras. ¿A quien crees engañar? No te temo, no temo a ninguno de mis fantasmas. Estas muerta,  y poco es lo que vales."

La muerta, herida cruelmente, dejo escapar un "Cínico!" pero luego se recompuso, diciendo:
"Desde los bordes de lo que es inexplicable he venido para llevarte, a que conozcas el placer de lo étereo, a que pruebes la guillotina y el extasis, el cantar en los cráteres de la Luna y el arder en los fuegos del Sol."

El muchacho lo imaginaba todo según sus palabras, y lejos quedo el miedo. Se dio cuenta que de las palabras de la muerta saldrían grandes ideas para sus trabajos. Emocionado por las palabras de la muerta, la tomo por los hombros y la lanzó contra la cama. La acaricio suavemente, diciendo: "¿Qué es lo que quieres, espectro de luz, bella flor de los campos azules, de los jardines delirantes?"

A lo que la muerta respondió: "Quiero llevarte, quiero llevarte, al pozo de mi muerte, al sarcófago de lo que es dulce."

"Llévame entonces ", gritó el muchacho. Sin darse cuenta que hubiera  caído en la trampa, si realmente fuera un juego de su propia mente.

"No puedo" dijo secamente la muerta. Desapareciendo y apareciendo por todas partes. "Soy carne de angustias, soy vegetal florecido en invierno."

"Cuéntame la historia de tu asesinato. " dictaminó violentamente el muchacho. A lo que la muerta cesó de desaparecer y aparecer, para quedarse estática, con una sonrisa placentera en su rostro. Te lo contaré.

La muerta, con una fuerza incontrolable, agarró al muchacho de hombros, hasta llevarlo por la fuerza contra el espejo. El temió, ahora sí. Tantas sensaciones fisicas no podian ser parte de un sueño, y recordo las serpientes, las serpientes blancas, y sentirlas era como sentir las manos de la muerta en su cuerpo, acariciandolo bruscamente contra el espejo.

Entonces el extraño calor se apoderó nuevamente de su cuerpo, cada vez que la piel de la muerta lo rozaba, sentía él caer mil estrellas derretidas en su cerebro, atravesandole la espina dorsal, formandolo y trasgrediendolo de nuevo en muchos seres, en gran cantidad de existencias. Y era entonces el rugido de la cascada, el cantar de las alondras, las nubes de marfil en un cielo transtornado. Por sus manos se convirtio en los atardeceres, las sonrisas, los poemas, la música, las maldiciones.  La muerta tocó cada parte de su ser, hasta rodear su cara con sus manos y acercarla a sus labios.  Lo besó fatalmente, acercando cada poro de su cuerpo a la muerta, al cielo, al atardecer, a la pintura, a la muerta. Su sexo se introdujo en aquel miasma de cosas sacras, cosas placenteras, cosas coloridas, cosas delirantes. La muerta, con una sonrisa tan bella, con una sonrisa tan eterna.

Entonces, en aquella cumbre de éxtasis, la muerta pronunció estas palabras: "Tu me asesinaste." "Fuiste tú."

Ahora, en aquél basurero, se encuentran dos cuerpos, una muerta, con una guitarra ensangrentada, y  un muerto, con un cuadro de dos manos que matan al sol, ensagrentado.



Primera vista.

Yo tenía miedo que por el mero hecho de escuchar mi voz me descubriera, aprendiendo aquellos secretos que sé ocultar de rostro; más no de espíritu. Y todos los que conocen las antiguas artes entienden que la voz es la verdadera ventana del alma.
Solo quien sabe escuchar los colores del viento puede deducir los rasgos del alma que se escapan entre palabras, suspiros, bostezos, gritos o sencillas respiraciones. El silencio es el único que enseña estas facultades y solo lo hace a sus hijos legítimos. Yo lo aprendí sin merecerlo, para escapar del tiempo, pues la misma maquinaria de la historia me caza a causa de mis pecados, que anteceden el nacimiento de la Madre Tierra.

Por eso temo.

domingo, 3 de junio de 2012

Carta del viajero.

Hemos conocido el vasto fin del mundo, navegando de océano a océano, el viento fue nuestro único compañero entre los siglos de viaje, amando mujeres de costa en costa, amando ángeles del olvido cada vez que se elevaba el ancla; nuestros ojos conocieron todos los cielos, en las noches de tempestad nos elevamos hasta el corazón de las tormentas y bajábamos hasta las profundidades de los Maelstrom. Solo una luz nos guió siempre, el deseo de libertad absoluta. Viajeros que conocimos todos los reinos, que cantamos odas a todas las religiones, sin nunca atarnos a nada, siendo hijos del único azul que es cierto, conquistamos los mares, nunca temiendo, nunca dudando; el encuentro con la muerte no era algo para asustarse, sería el paso final de nuestro navegar.Algunos han llegado hasta allá, sus espíritus livianos viajaron hasta el límite que cruza el silencio. Yo me les uniré, feliz de zarpar por última vez, con el mar infinito en mi sangre y las alas de liberación en mi alma.