lunes, 5 de noviembre de 2012

Color.

" A veces, la pureza de un color me transgrede. ¿No soy yo, aquél, invisible o visible, el que ve? Tal vez una confusión, el color soy yo y el que ve un desconocido. O el color un desconocido y el que ve es quien no soy, quien no seré. Azul océano."

En una de las columnas de hierro de un puente oxidado, encontré estas palabras talladas, tal vez, con navaja. Y eran justas, el día lluvioso y la desolada construcción hacían el escenario perfecto para un suicidio. El tiempo húmedo cala los huesos, los recuerdos parecen ser llamados por lugares nostálgicos como este. La inmolación de Ayax tras ensuciar su espada. ¡Que saudade! Que saudade... Tal vez mis pensamientos desordenados obedezcan a un hilo.

Estoy seguro que no es una Moira ni un dios Destino, esas cosas no existen. Hay un ser que mora y festeja a costa de mis entrañas. El que es sincero tras el espejo. Tendrá miles nombres, tendrá poemas en su nombre. 

¿Uno? Hay Un ser.
¡Pablo!
¡Pablo!

Las piezas y el tablero estan en posición. No hay un ser que mora en mi interior.
Vano concepto de personalidad, vana historia relatada por palabras sin sentido.

¡Pobre Ayax!
¡Pobre modernidad!

Estaré atento. Este puente puede colapsar.
Estaré atento. Las voces que navegan en el ponto sanguíneo.
Estaré atento. La muerte vendrá a  burlarse de mí.

Hay un color desconocido que me ve desde una frase tallada con navaja.


No hay comentarios:

Publicar un comentario