domingo, 2 de diciembre de 2012

Fantasma.


Ausente entre los miles rostros, las historias, tantas, olvidadas bajo el peso de los días en la ciudad. Allí está tu recuerdo, no es filoso ni hiere, un fantasma de musgo que sigue a donde poso los ojos. Me alegra saber que tus pasos recorrieron el camino que los míos recorren, que el tiempo realmente no acaba con la conexión de los lugares, un espíritu que atraviesa un parque lo habitara para siempre, y ese parque será entonces la reunión de infinitas porciones de almas vagantes. Soy parte de esta ciudad, parte de mi, parte de todos. Me alegra saber que tu fantasma hace parte del mío.

Hoy me veo como una sucesión de energías sin tiempo. Hoy soy todas las personas con las que he cruzado, soy todos los besos que he dado, las palabras que he proferido, el silencio cruel de cada amanecer. Hoy veo tu fantasma en mi propio rostro. Astral encadenamiento del éter.

Desansagraré mi nombre en silabas antiguas. Hoy extraño como un infinito mi pasado, que tiene rostro de augurio clandestino. Este viajar planetario entre las voces de la naturaleza.

Hoy te vi detrás de unas cobijas destendidas, una cerveza en un parque, una ilusión que rompe los límites del cuando y el ahora. Hoy descubrí que estoy enamorado de un extraño fantasma, una mezcla de todas las felicidades pasadas. Una dulce sombra que se posa sobre mis alas.

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