martes, 29 de enero de 2013

Plegaria y fuego.


Mis huesos hablan desesperados,
Entre los pliegues de mi carne
Voces  gritan desesperadas.
¿Qué es esta ansía tan conocida,
Pero que siempre es nueva?
¿Qué es esta extraña ausencia,
Este ahogo en la media noche,
Esta ganas irremediables de estar a su lado?

Sus ojos se me antojan
Luces distantes,
Su piel se me presenta
jardín antiguo de los delirios.

¡Acerquese!
Este fuego no quiere arder
En el amplio y solitario espacio de la noche.
Este fuego quiere arder
En el altar sagrado de su pecho.
Mi alma quema en exceso,
En busca de sus manos,
Su cuerpo, su corazón,
Sus labios, sus mejillas,
Su espalda, su abrazo.
Amplíe mi furia, puesto que no es mala,
 nos llevará juntos
Al borde de lo desconocido.

¡Solo usted puede otorgarnos
El consumirnos más nunca extinguirnos!

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