lunes, 10 de octubre de 2011

Metamorfosis


La metamorfosis

Empiezan las paredes a cantar mientras las velas se encienden. Esta condena me la he impuesto para alejarme, para enclaustrarme y encontrarme. Arrancar de lo desconocido lo nuevo y lo maldito. Las voces de miles de cantores me guían hacía allá, donde no hay límites sino música. A reencontrarme con mi Madre. Los pasos que de aquí en adelante, no serán de humano sino de bestia. 
El silencio y la soledad me acompañan.Abriendose por un camino legendario en las venas de Latinoamercia, vuelvo a retomar los pasos perdidos. Mil colores se me amarran al vientre como mariposas salvajes,¿ en donde habré de encontrar un atardecer eterno? Estoy buscando un país donde no se respire aire sino melodías, y las miradas estén lunáticas, sin límites, pintadas de incienso y lujuria.










¡ Ah! Gritaba. “De mi garganta nacen criaturas horribles, se escapan hacia la noche y esconden sus tesoros bajo mis pies!´” Se revolcaba torturada en la habitación. Su cuerpo se contorsionaba con fuerza ante una energía misteriosa. Algo le quemaba y yo solo veía. De luces ardientes me llene los dientes y le mordí un costado de su torso. Logré de un solo mordisco introducir mi boca en su carne. La tenía bien agarrada, ya había atravesado su piel.  Entonces se quedo tranquila. Sabía que su vida se iría por mis labios. Con las manos la forcé a que me diera todo su cuerpo. Hasta que por fin quebré las costillas con mi mandíbula y le bese sus adentros. En su interior encontré lo que buscaba desesperado: Se me llenaron de palabras hermosas las venas. Me dio poesía macabra, fatal y enamorada. Me dio una poesía que no moriría, que permanecería bañada de luz en la mitad del silencio y la dulzura de la sangre. 

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