lunes, 11 de febrero de 2013

¡Cantar!

¿Puede la ausencia ser el origen de toda presencia?
Aquí nace lo que no soy,
en el borde de la inexistencia.

Quizá haya un camino.
pero primero hay que preguntarse.
¿Hacia a donde?
¿A donde quiero llegar?

Al lugar donde la ceniza cante.
Que mi voz se desintegre,
que mi alma se queme en mil paraísos sonoros.
Para eso solo se necesita morir.

¿Entonces quiero la muerte?
Es una respuesta que ya sabía.

¿Y la música? Es una forma.
Un pájaro vuela en mi cabeza,
aletea en los bordes de mi cerebro.
Quiero perder la razón,
quiero no pensar.

Quiero comer loto.
Enloquecer

¡Y cantar!
Hasta el fin de mis días.

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