viernes, 9 de septiembre de 2011

Su nombre era tinta hecha carne


Su nombre era tinta hecha carne, desde que conoció lo que eran las noches pasadas en los andenes, en las que pasábamos muerto de frío y vivos de esperanza, no dejó de vagar por las calles de Manizales de aquí para allá. Siempre enamorado de todo lo que veía, las luces, las casas, las ventanas. Cuando una casa no tenía forma de casa normal, él decía que le gustaba y se ponía a inventar historias sobre quienes vivían en la casa y cómo vivían, sus sueños y su futuro.  En la mayoría de las historias alguno de ellos se casaba con la Luna o perdía la cordura enamorado de cierta hora de la noche. Una vez creó una historia tan solida sobre una muchacha que siempre veíamos entrar a su casa a una misma hora,  que se la termino creyendo. La muchacha volvía a las 8 de la noche a su hogar en Ondas de Otún, era bonita y sencilla. No se arreglaba en demasía pero tenía un aire a naturaleza muy bello. Según la historia que él invento ella se llama Paula Olarte. Tiene padres adinerados pero ella decidió irse de su hogar por falta de libertad. Estudio varios semestres artes plásticas pero se dedico a manejar un negocio que sus padres, aun después de haberse ido, le dejaron para mantenerse. Dejó de estudiar en la universidad porque no tenía plata para materiales ni pasajes así que se puso a trabajar. Eso sí, detesta  el mercado, detesta el dinero y la vida que lleva hasta ahora. Él me cuenta cada vez que nos parchamos en la esquina que ella pinta como nunca nadie lo ha hecho. Yo sé que habla mierda porque sé que no hay posibilidad de ver en su casa, pues las ventanas están muy altas. Es imposible que él haya visto nada de sus “obras” porque yo lo acompaño siempre que golpea las calles, tan loco que se pone a veces, que tengo que ser su guardián.  Me dice que él ya ha hablado con ella, que son amigos, casi amantes. Yo me río pero dejo que continúe su historia.
Para Paula Olarte. De Mauricio Alvarán.
Cuando te conocí caminabas perdida entre la ciudad. De tus pasos nacían flores en el asfalto, extrañabas un mundo de colores porque detestabas vivir en este lugar gris. Nunca llegaste a saber que todo lo que tocabas se llenaba de esos matices que anhelabas. Luz de mi vida.    Te conocí en un sueño y nunca he podido salir de él. Amo el suelo que pisas, amo el descalabro de tus aires. Nunca habrá alguien tan transparente como tú para pintar. No hay diferencia en verte a los ojos que ver tus cuadros. Plasmas tu alma con toda la sinceridad posible, plasmas lo horrible, lo bello, el espanto y la pasión. Me encadenas a tus silencios y colores, flor de noche. Flor infinita. Estoy enamorado de tu voz. Estoy enamorado de tus manos. Regálamelas y píntame en el fondo del universo. Soy feliz de verte pasar, día a día, por la verja de mi memoria. Eres la vida que no acaba. Sufro disfrutar como un loco tu existencia, tan dulce.   
Un día, Mauricio me dijo que la seguiríamos. Me niego, le dije. Esto ya va para mucho. Esta bien jugar e imaginar, pero hasta ahí. Que la ilusión sea solo ilusión. Va a estrellarse con la realidad y no le va a gustar. “Pero si está bien, ella me conoce. No creo que vea problema a que la acompañemos”. Le respondí “Ya le dije que no. Usted no puede andar las calles sin mí. Yo tengo su corazón en mis bolsillos por si no se le ha olvidado. Ahora, vamos a andar por otra parte e imaginemos una historia nueva, que esta ya me tiene jarto”. Se enojó bastante el muchacho y empezó a hacer una de sus pataletas, empezó a respirar con dificultad, mientras jadeaba trataba de hablar indiscriminadamente. Sus ojos se perdían en lo profundo. “Que la realidad no se mezcle con la ilusión, esa es la promesa, esa es la promesa. Esa es la promesa” No paraba de repetir lo mismo. Tuve que actuar rápido y le inyecté las drogas psiquiátricas que le robé a la mamá. Cayó como un muñeco en el pastal, mirando hacia el cielo. Casi muerto, pero lleno de vida.

Delirios de Mauricio Alvarán
Paula Olarte baila a través de nubes policrómicas. Suena Shine on your crazy Diamond. Yo tengo mil brazos con los cuales creo un ser distinto, un árbol, un pájaro, un poema. Ella lo es todo y yo la encarno. Me abraza el sol. Me abraza el sol. La imaginación es la raíz de la vida. Dicen. Yo estoy lleno de un líquido blanco y cálido. Soy un mar de leche y serpientes. La sal es tan dulce como la miel. La miel me baña ardiente. Amamántame Tierra. Amamántame luz del día. Que en mi tengo encerrados mil muertos y unos cuantos días perdidos. Espíritus amigables y bailarines me insertan la euforia en besos malditos.

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