Su nombre era tinta hecha carne, desde que conoció lo que eran las noches
pasadas en los andenes, en las que pasábamos muerto de frío y vivos de
esperanza, no dejó de vagar por las calles de Manizales de aquí para allá.
Siempre enamorado de todo lo que veía, las luces, las casas, las ventanas.
Cuando una casa no tenía forma de casa normal, él decía que le gustaba y se
ponía a inventar historias sobre quienes vivían en la casa y cómo vivían, sus
sueños y su futuro. En la mayoría de las
historias alguno de ellos se casaba con la Luna o perdía la cordura enamorado
de cierta hora de la noche. Una vez creó una historia tan solida sobre una
muchacha que siempre veíamos entrar a su casa a una misma hora, que se la termino creyendo. La muchacha
volvía a las 8 de la noche a su hogar en Ondas de Otún, era bonita y sencilla.
No se arreglaba en demasía pero tenía un aire a naturaleza muy bello. Según la
historia que él invento ella se llama Paula Olarte. Tiene padres adinerados
pero ella decidió irse de su hogar por falta de libertad. Estudio varios
semestres artes plásticas pero se dedico a manejar un negocio que sus padres,
aun después de haberse ido, le dejaron para mantenerse. Dejó de estudiar en la
universidad porque no tenía plata para materiales ni pasajes así que se puso a
trabajar. Eso sí, detesta el mercado,
detesta el dinero y la vida que lleva hasta ahora. Él me cuenta cada vez que
nos parchamos en la esquina que ella pinta como nunca nadie lo ha hecho. Yo sé
que habla mierda porque sé que no hay posibilidad de ver en su casa, pues las
ventanas están muy altas. Es imposible que él haya visto nada de sus “obras”
porque yo lo acompaño siempre que golpea las calles, tan loco que se pone a
veces, que tengo que ser su guardián. Me
dice que él ya ha hablado con ella, que son amigos, casi amantes. Yo me río
pero dejo que continúe su historia.
Para Paula Olarte. De
Mauricio Alvarán.
Cuando te conocí caminabas
perdida entre la ciudad. De tus pasos nacían flores en el asfalto, extrañabas
un mundo de colores porque detestabas vivir en este lugar gris. Nunca llegaste
a saber que todo lo que tocabas se llenaba de esos matices que anhelabas. Luz
de mi vida. Te conocí en un sueño y
nunca he podido salir de él. Amo el suelo que pisas, amo el descalabro de tus
aires. Nunca habrá alguien tan transparente como tú para pintar. No hay
diferencia en verte a los ojos que ver tus cuadros. Plasmas tu alma con toda la
sinceridad posible, plasmas lo horrible, lo bello, el espanto y la pasión. Me
encadenas a tus silencios y colores, flor de noche. Flor infinita. Estoy
enamorado de tu voz. Estoy enamorado de tus manos. Regálamelas y píntame en el
fondo del universo. Soy feliz de verte pasar, día a día, por la verja de mi
memoria. Eres la vida que no acaba. Sufro disfrutar como un loco tu existencia,
tan dulce.
Un día, Mauricio me dijo que la seguiríamos. Me niego, le dije. Esto ya va
para mucho. Esta bien jugar e imaginar, pero hasta ahí. Que la ilusión sea solo
ilusión. Va a estrellarse con la realidad y no le va a gustar. “Pero si está
bien, ella me conoce. No creo que vea problema a que la acompañemos”. Le
respondí “Ya le dije que no. Usted no puede andar las calles sin mí. Yo tengo su
corazón en mis bolsillos por si no se le ha olvidado. Ahora, vamos a andar por
otra parte e imaginemos una historia nueva, que esta ya me tiene jarto”. Se
enojó bastante el muchacho y empezó a hacer una de sus pataletas, empezó a
respirar con dificultad, mientras jadeaba trataba de hablar
indiscriminadamente. Sus ojos se perdían en lo profundo. “Que la realidad no se
mezcle con la ilusión, esa es la promesa, esa es la promesa. Esa es la promesa”
No paraba de repetir lo mismo. Tuve que actuar rápido y le inyecté las drogas
psiquiátricas que le robé a la mamá. Cayó como un muñeco en el pastal, mirando
hacia el cielo. Casi muerto, pero lleno de vida.
Delirios de Mauricio Alvarán
Paula Olarte baila a través
de nubes policrómicas. Suena Shine on your crazy Diamond. Yo
tengo mil brazos con los cuales creo un ser distinto, un árbol, un pájaro, un
poema. Ella lo es todo y yo la encarno. Me abraza el sol. Me abraza el sol. La
imaginación es la raíz de la vida. Dicen. Yo estoy lleno de un líquido blanco y
cálido. Soy un mar de leche y serpientes. La sal es tan dulce como la miel. La
miel me baña ardiente. Amamántame Tierra. Amamántame luz del día. Que en mi
tengo encerrados mil muertos y unos cuantos días perdidos. Espíritus amigables
y bailarines me insertan la euforia en besos malditos.
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