sábado, 9 de julio de 2011

El dia de la tormenta.

Recuerdo el dia de la tormenta, todos íbamos cargados con una voluntad ardiente. Antes de partir, cuando nos reunimos en el bote, todos, absolutamente todos, teníamos un universo en nuestros ojos que estallaba en miradas fijas en el horizonte. Aunque la mar se mantenía calma, ya todos teníamos presente que este era el día. Ninguno desconocía la situación, todos estaban preparados para la noche. No necesitábamos información externa, Ya sabíamos que enfrentaríamos la tempestad más fuerte en decadas, tal vez no solo ya la conocíamos, sino que ya eramos todos parte de ella, nos había poseído desde que había nacido en los adentros del corazón de la mar, y habitaba silenciosa en nuestras venas, ya eramos la tormenta y el viento antes de zarpar. No necesitamos hablarlo entre nosotros, nisiquiera pensarlo o entenderlo. El mar nos llamaba y nuestro espíritu se llenaba de la música serena y furiosa del oceano.

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